Capitulo 28

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El dolor que la corroía por dentro se iba extendiendo hacia cada terminación nerviosa de su cuerpo hasta hacerla sentir...nada.

Esa era la exacta palabra que podría describir lo que sentía después de dejar el cuerpo sin vida de Anthony en ese alejado y solitario cementerio casi en las afueras de la ciudad.

Mientras ella permanecía allí parada, mirando el montículo de tierra que cubría a Tony, a unos metros, con la mirada perdida en la nada, se encontraba Saya, con el semblante inescrutable, con la mirada vacía y parado, detrás ella se encontraba Ezael observando la escena en silencio sin atreverse a acercarse a ninguna de las dos mujeres.

Suzanne, deposito la rosa que tenía en la mano sobre el montículo de tierra y giro sobre sus talones, se detuvo delante de Saya y clavo los ojos en Ezael, mientras decía:

―Me iré por un tiempo, tu perdiste a un hermano este día, yo perdí una parte de mi misma, necesito alejarme, pero...― sus ojos relampaguearon de manera asesina sin quitar la mirada del vampiro― regresaré, te lo aseguro.

Saya no dijo nada, solo asintió, mientras la chica volvía a girar corriendo hacia la arboleda que rodeaba el cementerio, transformándose en loba, desapareciendo a toda velocidad.

―Saya...siento lo de tú...

―Ahórrate las palabras Ezael Black― cortó Saya comenzando a caminar alejándose de aquel patético sitio en el cuál su cuerpo jamás descansaría por culpa del maldito hermano del hombre que la seguía de cerca.

―Saya, escúchame, necesito decirte algunas cosas que...

Saya se detuvo en seco, giro sobre sí misma y regreso sobre sus pasos hasta quedar prácticamente pegada al cuerpo de Ezael, mientras fijaba la mirada en el del mismo modo asesino que antes Suzanne.

―Escúchame tú a mí Ezael Black, no me busques, no te acerques, no intentes razonar conmigo, pero sobre todo...no te interpongas en mi camino porque no dudaré en clavar mi daga en su maldito corazón si lo haces― le dijo al tiempo que con rápidos movimientos sacaba la daga de su cintura y la colocaba a la altura de su cuello, mientras Ezael sonreía con aparente tranquilidad.

―El corazón se supone esta más abajo, mi sensual Saya― respondió.

Saya gruño bajo, volvió a guardar la daga en su cintura y comenzó a alejarse de allí sin voltear la mirada hacia él.

Una fina lluvia comenzó a caer de pronto mientras Ezael, la observaba alejarse.

―Volveremos a estar juntos Saya, tu aún no lo sabes pero estas destinada a estar en mi camino.

*

Celes intentó regresar junto a Yunho, estaba herida, sola y agotada, necesitaba refugiarse en él nuevamente, sentir que estaba en casa, ansiaba volver a sentir su cuerpo junto al suyo y eso era en lo único que pensaba.

Después de que se alejó del lugar en el cuál la tenían los lobos, se escondió en un callejón a pocas calles del lugar, se llevo un pedazo de la camisa rasgada que llevaba puesta a los labios y se colocó el hueso en su lugar, ahogando los gritos de dolor en la tela. Luego una vez hubo descansado, y ya repuesta pero no del todo, busco alimentos con urgencia.

Yunho no había tenido misericordia con ella, había perdido mucha sangre y aunque Luke le había dado algo, no era suficiente como para reponer las fuerzas y la vitalidad necesarias.

Deseaba con todas sus fuerzas regresar a casa...

Se coló por la puerta trasera, la casona parecía estar desierta en esos momentos, seguramente Yunho había salido a atender sus negocios, así que se arrastró prácticamente hacia su habitación, fue al mini bar que tenía en un sector del amplio lugar y tomó un poco de esa sangre fresca y dulce que necesitaba.

Bebió con avidez, hasta que las fuerzas fueron regresando, y una vez que se sintió fortalecida, decidió tomar un baño, solo el infierno sabia cuanto necesitaba una ducha.

Entro al cuarto de baño y lleno la bañera, mientras se deshacía de la ropa que estaba prácticamente en jirones. Cuando la bañera estuvo lista sumergió el cuerpo adolorido en el agua tibia y suspiro con alivio, se sentía bien. Permaneció en el agua hasta que el cuerpo se relajo por completo y ya repuesta del todo se envolvió con la toalla, regresando a la habitación.

Estuvo parada delante del guarda ropas hasta que encontró algo sensual y provocador que ponerse, tenía planes con Yunho para esa noche, seco y cepillo su cabello con cuidado hasta dejarlo suave y liso, como a él le gustaba, se perfumo y luego preparo la habitación, ambientandola para su encuentro especial con su amo.

Expectante se recostó en la cama y sonrió esperando a su mano, hasta que se quedo dormida de tanto esperar.

*

―Señor... ¿está seguro de que es lo que desea hacer?

―Si, encuéntralo para mí y tráelo...quiero a ese maldito bastardo en mis manos.

― ¡Si señor!

― ¿Que saben de Celes?

―Nada señor, no se...y ¿si Luke Black le hizo daño?

―Mala suerte entonces, es un daño colateral, aunque debo confesar que me seria de mucha ayuda ahora para enfrentar al estúpido lobo.

―Pero señor la señorita Celes era casi como su consorte...

― ¿Y que con eso?

―Nada señor...

El lacayo guardó silencio.

―Celes es valiosa en muchos aspectos y si no fuera porque sé que Amanda está viva, la hubiese conservado a mi lado, pero en vista de que mi esposa esta convida y presumo además es inmortal, ¿crees que sería correcto tener a mi amante junto a mi?― dijo Yunho.

―No señor, eso sería muy conflictivo pero...me pregunto que sucederá con ella cuando intente buscarlo.

―Pues...tendré que encargarme de ella, aunque preferiría que lo hiciera Luke Black, eso me evitaría muchos malos momentos, ya sabes lo peligrosa que es cuando se molesta― respondió Yunho dejando escapar una risa seca y sin gracia.

El silencio fue la respuesta de su lacayo mientras Yunho abrió la puerta de su habitación, y se quedaba parado en el umbral de la puerta y su expresión antes de risa se congeló por completo cuando vio a Celes parada en la barandilla del balcón mirándolo con furia contenida.

―Celes...― alcanzó a balbucear apenas Yunho, cuando ella sonrió de manera maliciosa y se lanzo fuera.

Yunho se apresuro a ir hasta el balcón, cuando la chica tocaba el suelo y giraba apenas la cabeza para mirarlo, el odio estaba reflejado en sus pupilas y esa sonrisa que hizo que el vampiro mayor se estremeciera.

Yunho maldijo mentalmente y giró hacia su lacayo que permanecía en silencio, sin saber cómo reaccionar.

―Ordena que la busquen, pon a todos en eso, ¡encuentra a Celestia!

―Señor la mayoría está buscando al lobo...

― ¡Encuentra a Celestia!― gritó Yunho enfurecido― si ella encuentra a Amanda antes que yo y le hace daño, te prometo que te haré sufrir...

El lacayo asintió desapareciendo de inmediato, mientras Yunho volvía la vista hacia el jardín vacío por el cuál se había perdido Celes momentos antes.

― ¡Maldición Celes! ¿Que hacías aquí?...

Saga Blood and Death: Sed de Sangre (Libro I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora