Samuel, Guillermo y Ruben tienen una hermosa relación que pensaban que duraría para siempre, hasta que en unas salida Ruben no se presenta y no vuelven a tener noticias de él, por más que lo buscan nunca lo logran encuentra y creen que los abandono...
No puede irse sin sentir una vez más aquel par de manos acariciar su cabeza.
No puede irse sin sentir nuevamente el calor de sus besos.
No puede irse sin escuchar nuevamente sus voces llamarlo con cariño.
No puede irse sin que ellos sepan que no fue un accidente, que no fue casualidad que esto le ocurriera.
Porque ese momento todavía sigue grabado en su memoria.
Porque no puede dejar que ellos sigan viviendo con las personas que lo metieron en ese lugar solo por un poco de dinero y la satisfacción de saber que ya no estaría cerca de sus hijos.
El sonido de unos pasos acercándose lo devuelven a su realidad y empieza a hiperventilar cuando escucha como abren su puerta.
— Es tu turno — dice una voz fría desde la puerta y no ocupa ver para saber qué está sonriendo al ver su miedo.
Escucha las chispas de las pistolas de electro shock y sabe que hay una persona más con una jeringa lista para inyectarlo y así darle un poco más de "emoción" a la pelea.
El aire empieza a faltarle mientras los escucha avanzar por la celda, siente como poco a poco su conciencia comienza a desvanecerse, pero sabe que será despertado con una descarga y cierra los ojos esperando lo inevitable.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Se despierta de golpe sintiendo su cabello pegado en su frente por culpa del sudor, su respiración es acelerada mientras lleva sus manos automáticamente hacia su cuello buscando que de alguna forma esto ayude a que más aire llegue a sus pulmones.
Sabe que lo que acaba de tener es un sueño, el primero que tiene después de tres años, pero todavía siente el dolor en su cuerpo, el frió de la habitación calarle los huesos y el dolor de una herida que sabe que ha no tiene y su mente no hace más que confundirse buscando escapar de un lugar en el que ya no se encuentra.
Agudiza su odio y olfato buscado algo que le diga dónde está para así poder calmarse y tener algo real a lo que aferrarse en esos momentos de confusión.
El olor a su alrededor es familiar transmitiéndole un poco de calma aunque todavía no está seguro de dónde se encuentra, pero sabe que está a salvo y eso único pensamiento logra que su respiración se regule.
Se queda unos momentos sentado en lo que cree que es su cama en la casa de Lolito y Mangel y poco a poco comenzan a llegar los recuerdos de lo que pasó en la misión y la culpa comienza a invadirlo, arruinó toda la misión y solo fue una carga para los demás.
— Siri ¿Qué hora es? — dice en voz alta esperando una repuesta que nunca llega.
"Seguro se cayó en el bosque mientras corría" pensó sintiéndose a un peor al perder el primer regalo que había recibido de parte de Mangel y Lolito.
Se levanta de la cama sintiéndose mareado durante unos minutos, pero eso no lo detiene de salir de la casa con un objetivo claro, disculpas con los demás por haber arruinado la misión y si podía, agradecerle a Willy por cuidar de él mientras estaba inconsciente.
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