Capítulo nueve.

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Llegando al final de las escaleras, crucé por un umbral totalmente distinto a lo que esperaba tratándose de un lugar bajo tierra.

Quizás imaginé que sería algo parecido a las cámaras de oro en Gringotts, pero el lugar emitía un brillo agradable debido a las luces reflejadas en el mármol del suelo de la recepción. En medio del lobby se encontraba el punto de información con recepcionistas dando indicaciones y organizando archivos al movimiento de su varita.

Brujas y magos cruzaban la entrada, algunos con túnicas color celeste, otros tonos miel, rosado y solo unos cuantos batas de laboratorio, todos llevando el mismo escudo ubicado en el centro de la habitación.

H. LAFAYETTE

Santé et aide.

Había quienes ignoraban por completo mi presencia, algo que agradecí encarecidamente.

Desde que me convertí en esto, no era de mi interés llamar la atención.

Tuve mis cuidados al venir aquí, comenzando por asegurarme que fuera en medio de la noche y además, ingerí una mayor cantidad de sangre de la que acostumbraba para mantenerme satisfecho unas cuantas horas.

Hace años no hubiera podido estar en medio de tantos humanos.

- Disculpe, - me acerqué a la bruja recepcionista. - tengo agendada una cita con el señor Lafayette. Mi nombre es...

- ¡William Weasley! - Una voz alegre me interrumpió antes de poder terminar. - Te estaba esperando, es un placer conocerte.

Un hombre rubio de lentes se acercó a mí con paso decidido y una enorme sonrisa para estrechar mi mano con total seguridad.

- Señor Lafayette, un gusto.

- Dime Jasper, por favor. - Con unas palmadas en el hombro me dirigió hacia uno de los pasillos del hospital dejando atrás el lobby y la mirada curiosa de la recepcionista a quien no pudo responderme sin ser interrumpida. - Espero que no fuera difícil encontrar el árbol de hayas.

- No.

- Es un nuevo ingreso que inauguramos hace relativamente poco, se puede decir que aún está en periodo de prueba. ¿Te gustó? ¿Tienes alguna sugerencia?

- No.

- Eres hombre de pocas palabras, William. - Levanté los hombros en respuesta. En ningún momento el señor Lafayette dejó de sonreír mientras escupía palabras alegremente.

Durante el recorrido, en algunas ocasiones se detenía a saludar trabajadores y algunos pacientes internados, era bastante carismático y con gran energía a pesar de tener unas leves ojeras que le marcaban el rostro.

Se colocó frente a un par de puertas de cristal opaco donde se leía en una placa de madera pulida "Sala de reuniones".

Pasó una mano por sus rizos intentando acomodarlos, abrió las puertas corredizas y extendió su mano en ademán de que ingresara a la oficina con una larga mesa color blanco. Las sillas acomodadas cuidadosamente estaban vacías a excepción de una, donde se encontraba una mujer de postura esbelta y una mirada escrutadora.

- William, esta es mi hermana. - Presentó el hombre que me guiaba acercándose a ella mientras se acomodaba su traje perfectamente pulcro. - Juanne Lafayette.

- Juanne Louise Lafayette, directora administrativa del hospital. - Continuó ella, pareciendo una corrección a sus palabras.

Su saludo fue mucho más profesional a diferencia del señor Lafayette.

De no ser por su increíble parecido físico, no me atrevería a especular que eran familia.

El ambiente era impecable, incluso con mis sentidos entrenados no distinguía ninguna sensación desagradable.

Coraline || Bill Weasley || Vampire🥀Where stories live. Discover now