Capítulo cuatro.

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Dolor.

Confusión.

Inseguridad.

No sabía dónde estaba.

No sabía quién era.

Si estaba vivo.

Si estaba muerto.

Estaba ahogándome en la desesperanza, buscando fuerzas para seguir adelante.

Voces retumbaban a la lejanía, las conocía de alguna parte.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, provocando al fin una sensación.

¿Me llamaban esas personas?

¿Qué querían de mí?

¿Qué quiero yo de ellos?

Percibí un olor floral cerca a mí, cada vez se hacía más fuerte.

Me provocó una repentina paz, me podía sentir seguro, en un lugar cálido.

Necesitaba abrir los ojos para despertar y averiguar lo que sucedía.

Escuché en un sollozo al momento en que reaccioné, abrir los ojos costó más trabajo del que imaginé, mi cuerpo estaba agotado y se sentía extraño.

Se sentía diferente.

Mis entrañas se retorcian.

La cabeza me daba vueltas.

La iluminación del lugar me desorientó por un instante, estaba acomodado en una camilla de sábanas blancas al igual que la habitación en la que me encontraba. No estaba solo, advertí la presencia de varias personas las cuales ya conocía, llegaron a mí cada vez más memorias recuperando el conocimiento.

- ¡Arthur, Bill despertó! - La figura de mi madre reposaba en una silla junto a mí, detrás de ella le seguía el rostro de mi padre. Sus expresiones arrugadas intentaron esconder la preocupación con algo de alegría. - ¿Cómo te sientes, cariño?

- Si se siente como luce, deberíamos llamar a los sanadores ahora mismo. - Escuché bromear al otro lado de la habitación.

- ¿Crees que nos den otro hermano por garantía? Este parece que ya se echó a perder.

- ¡Callense los dos!

El aturdimiento había comenzado a disminuir, reconocía a los gemelos que estaban allí también. Mi madre lanzó un golpe a George por lo que había dicho pero logró esquivarlo para que no le arruinara su traje color violeta.

Aún me costaba mantener los ojos abiertos debido a la luz, el malestar aún permanecía y se colocaba peor a medida que pasaba el tiempo.

Percibía mucho ruido afuera de la habitación, era la primera vez que había tanto alboroto en un hospital. ¿Acaso hubo un accidente mientras estuve dormido?

Una mueca de disgusto se dibujó en mi cara, mi madre lo notó al instante.

- ¿Qué sucede Bill? ¿Te duele algo?

- No... - Dije pensativo intentando organizar lo que sentía. - Apesta.

- Lo siento, creo que somos nosotros... - Dijo Fred.

- Tuvimos un pequeño accidente en la tienda con bombas fétidas. - Continuó George. - Pero juraría que limpiamos bien nuestros trajes.

Se inclinaron a olerse mutuamente, me sorprendió que mamá los dejara seguir en su presencia oliendo de esa forma. Por el contrario, mi padre desprendía un agradable olor a jabón y pergamino, también sentía su vieja colonia; juraría que se la había terminado hace unas semanas.

Coraline || Bill Weasley || Vampire🥀Where stories live. Discover now