Capítulo 12

5 2 0
                                    

—Hola —dijo Dylan mientras cruzaba la calle.

Llevaba unos pantalones de cuadros rojos y negros, suponía que era su pijama. Arriba tenía una sudadera gris y una chaqueta vaquera.

—Dios, ¿no tienes abrigo? —preguntó, al verme ahí de pie, en vestido, sin nada más.

—No.

Una vez cerca, comenzó a quitarse la chaqueta.

—¿Qué estás haciendo? —pregunté mirándole. No obtuve respuesta—. Dylan, no quiero tu chaqueta.

Agarró su chaqueta y comenzó a ponérmela. Intenté que no lo hiciera, pero no funcionó. Ya tenía la chaqueta calentando mi cuerpo.

—Gracias —dije mirándole. Él mostró una sonrisa.

Comenzó a caminar, y yo le seguí. Se sentó en un banco, imité su acción.

—¿Qué ha pasado? —preguntó.

—Llevo días escuchando disparos de cámaras cerca.

—Y déjame adivinar —dijo—. Esta noche ha pasado.

Asentí con mi cabeza, mirando mis manos.

—Y me he comido la cabeza —confesé—. Estoy aterrorizada, Dylan. Me asusta demasiado pensar que el asesino de Gerard está por ahí, acechando.

—Te entiendo perfectamente —me apoyó—. Pero tienes que dejar de sobre pensar. No te preocupes, Lexi, tenemos buena seguridad y nada pasará.

—Si tuviéramos buena seguridad Gerard estaría vivo.

—Lexi —intentó callarme.

—Pero no, no lo está —continué—. Y le han asesinado, Dylan, ¡le han matado! —elevé un tanto mi tono.

—Tarde o temprano, van a pillar a ese cabrón —dijo, mirándome a los ojos—. Y si no lo hace la policía, lo haré yo.

La luz se colaba en mi habitación, obligándome a abrir los ojos. Me levanté de la cama con pereza.

Bajé a la cocina, para desayunar. Una vez allí, perdí el hambre por completo. No me convencí, así que subí de nuevo a mi habitación y allí comencé a vestirme.

Una vez lista, me dirigí hacia la salida de casa y allí vi a Cam esperándome. Corrí hacia su lado y él me dio una sonrisa. Comenzamos a caminar hacia el instituto.

Al llegar, entramos en el centro y fuimos hacia nuestro aula.

Las clases pasaron rápido. Vi a Dylan, quien actuaba totalmente normal y corriente. En cambio, con Blair, era diferente. No hablé con ella. No intentábamos evitarnos, pero no queríamos coincidir. ¿Se acordará de anoche? Cuando se cayó y... Nos miramos.

Bueno, sólo nos miramos, ¿no? Quizás a ella le parezca otra cosa, pero fue normal... Creo.

—Lexi —me llamó Cam, sacándome de mis pensamientos.

—¿Sí?

—Voy al baño, acompáñame, por favor.

Asentí con la cabeza y fuimos al baño. Él entró, pero yo me quedé fuera, esperando.

Alguien venía, porque escuchaba pasos.

—¡No sigas insistiendo, no te voy a pasar nada! —gritaba una voz femenina.

—Tío —se quejó esta vez una voz masculina—. No te cuesta nada.

Antes de que los viera, supe de quiénes se trataba. Dylan y Blair, evidentemente. Éstos doblaron la esquina y se adentraron en el pasillo. Me miraron sorprendidos al verme.

Spooky classWo Geschichten leben. Entdecke jetzt