Capítulo 5

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Era la penúltima clase, y estábamos en clase de economía cuando un extraño sonido salía de los altavoces, haciendo que nuestra atención hacia el profesor se desviara. Miré a Cam, extrañada. Él tenía la misma expresión de sorpresa. Entonces la voz del director se pudo escuchar.

—Buenas tardes, alumnos y alumnas —dijo—. El día de hoy, tenemos una muy mala noticia.

Suspiros de sorpresa se escucharon por toda la clase mientras prestábamos más atención aún.

—Hoy, hace media hora, se ha encontrado el cadáver de un alumno en el centro.

Me llevé las manos a la boca, impactada. Muchos abrieron su boca en una completa O, o se llevaban las manos a la cabeza. ¿Un cadáver, aquí, en el centro?

—Se trata de Gerard, Gerard Paweel.

En cuanto escuché su nombre, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Gerard... Ayer, justo ayer hablamos con él y hoy...

—Se ha encontrado en el cuarto de limpieza al lado de las aulas 30-40.

Todos los alumnos se levantaron corriendo y salieron de clase. Yo hice lo mismo. Nos encontramos con otras clases en el camino. Y cuando llegamos al cuarto de limpieza, pudimos ver la imagen de tres hombres vestidos de blanco levantando el cuerpo muerto de Gerard tapado con una sábana blanca. Se escuchaban murmullos, por aquí y por allá.

Suspiré nerviosa y busqué a Cameron entre la gente. Cuando le localicé, vi que estaba paralizado, observando la situación.

—Cam —le llamé, pero no respondía—. Cam, Cameron —agité su cuerpo con mis manos y al fin reaccionó.

—¿Qué, Lexi?

Antes de que pudiera hablar, la voz del director sonó de nuevo por los altavoces.

—Se está realizando una investigación, para poder descubrir cómo murió y cómo ha acabado aquí —dijo—. Por favor, si alguno de vosotros sabe algo, o puede aportar algo de ayuda, mi despacho estará abierto.

Necesitaba contar que ayer le vimos. El director acaba de decir que necesitan ayuda, y estoy segura de que eso puede aportar.

—Tenemos que ir a contar que ayer le vimos.

—¿Qué? —Cam dijo aturdido—. ¿Por qué? Eso no significa nada, Lexi...

—Claro que sí. Vamos, Cam...

Agarré su brazo y corrimos hacia el despacho del director. Él estaba sentado en su silla, cuando levantó la cabeza al escuchar nuestros apresurados pasos. Nos miró desconcertado, mientras yo hiperventilaba después de haber corrido tanto.

—¿Puedo ayudaros? —dijo.

—Sí, eh... —murmuré, mientras tomaba asiento—. Sabemos algo sobre Gerard.

—¿Cómo?

—Sí —Cam asintió a mi lado—. Pero no creemos que pueda ser de gran ayuda...

—¿Qué es? —preguntó curioso el director.

—Bueno, ayer, una hora después de que terminaran las clases, salíamos de nuestro castigo —comencé—. Mrs.Wiley nos ha castigado, a Blair Bennet, Dylan Campbell, Cameron Marshall... —le miré—. Y yo —miré al director de nuevo—. Bueno, era nuestro segundo día, y justo nos cruzamos con Gerard, saliendo de un examen. Según él, tardó una hora más de lo normal en terminarlo.

—Sí, parecía nervioso, con prisas —Cam añadió.

—Exacto, y solo cruzamos unas cuantas palabras, le saludamos, nos saludó, le preguntamos por qué estaba aquí a esas horas, nos lo explicó, nos despedimos y se despidió, eso es todo.

El director terminó de escribir en su ordenador y lo cerró. Nos miró.

—Gracias, jóvenes —dijo—. Podéis iros.

Asentí con la cabeza y me levanté, Cam imitó mi gesto. Salimos del despacho del director cerrando su puerta detrás nuestro y caminamos por los pasillos.

Me detuve, dejando a Cam delante mío. Antes de salir de aquella habitación, se dio cuenta de que había dejado de caminar. Se giró para mirarme, y se acercó lentamente a mí.

—Lexi...

—Él ha... —dije, con la voz quebrada—. Muerto.

Cam humedeció sus labios y agachó su cabeza. Solté una bocanada de aire, con el pecho encogido. Era... Impactante, saber que un alumno ha muerto. Y además, acabó dentro del cuarto de limpieza.

—Estoy segura de que esto no es tan fácil.

—¿A qué te refieres? —preguntó mi amigo, sin entender nada.

—Gerard no murió porque sí, Cam —le miré.

—¿Entonces?

—No sé, Cameron —agité mi cabeza—. Quizás... Se suicidó.

Tiene sentido. O no, no lo sé. Pero, ¿cómo puede acabar alguien en el cuarto de limpieza del instituto? Además, horas antes le vimos y parecía nervioso. Algo estaba pasando.

—¿Por qué iba a suicidarse en el cuarto de limpieza?

—No estoy diciendo que lo haya hecho —aclaré—. Quizás le han... Asesinado.

—Lexi... —Cam frunció su ceño—. Estoy casi seguro de que mañana aparecerá en las noticias y, ¿sabes qué dirán? Que fue un suicidio —suspiró—. Creo que es mejor que te quedes con la idea de que se suicidó, sinceramente.

—Ya pero, —continué dándole vueltas— ¿por qué en el cuarto de limpieza?

—Lexi tienes que dejar de...

—Hay algo más. Algo pasa.

Cam suspiró y se acercó más a mí, envolviéndome en un abrazo. Rodeé su cadera con mis brazos, mientras él acariciaba mi pelo.

—Vámonos —dijo, y acto seguido, plantó un beso en mi cabeza.

Spooky classWhere stories live. Discover now