- Cuánto. 

Me encogí de hombros. 

- No sé, me acabo de hacer la prueba - hasta ese momento me pregunté lo mismo que él e hice cuentas mentales -, probablemente cuatro semanas. 

Near se quedó en silencio, ni siquiera me volvió a mirar. 

- No te preocupes, lo abortaré, o de lo contrario ambos seriamos un estorbo para ti - algo dentro de mi pecho se estrujó en cuanto pronuncie esas palabras en voz alta, pues algo en mi mente no quería aceptar que era aquello lo que más temía: convertirme en un estorbo para él. - Si me disculpas, me iré a mi departamento para no interrumpirte más y para descansar. Tal vez vaya a que me saquen esta cosa por la noche - el me volteó a ver furtivamente al oírme pronunciar aquellas palabras -, esto no tiene que suponer ningún problema para ti, Near, tranquilo. Estaré a tu servicio nuevamente mañana, o tal vez pasado, y me disculpo por causar molestias en medio del caso. 

Bajé el rostro a modo de despedida y salí de aquella sala, triste, confundida y con una sola cosa resuelta: iba a abortar. 


..

Miré mi vientre mientras el frío de la noche me acariciaba ligeramente las mejillas. Tenía la ventana de mi apartamento abierta para observar las estrellas, esperando que ellas me regalaran la valentía que sentía me faltaba para ir a un hospital a hacer lo que debía hacer. Tragué en seco. 

había tantas cosas en las que pensaba al mismo tiempo, en Near, en el bebé, en mis sentimientos y en el futuro incierto. Todo parecía haberse volcado en mi contra, porque de habernos cuidado mejor, nuestra relación seguiría normal. Ahora después de este pequeño incidente, temía que Near me dejara de hablar o dejaramos de frecuentarnos para evitar que me pusiera a mí y nuestro trabajo en riesgo de nuevo. 

- Lo siento - me acaricié la parte baja del estomago, tragando saliva en un intento de que se aminorara el nudo que tenía en la garganta -, pero no podría haberte dado lo que necesitas. 

Agarré mi bolso, me hice una coleta alta y me preparé para ir al hospital, sin embargo, cuando abrí la puerta me encontré con una mirada gris que conocía la perfección. 

- Lo siento, estaba punto de tocar la puerta. 

- N-Near, ¿Qué haces aquí? 

Me escaneó con una increíble rapidez y frunció las cejas en un movimiento apenas perceptible. 

- Ya ibas hacia el hospital - declaró, aunque no supe en qué tono lo dijo. 

Me ruboricé y no me atreví a verlo -. Sí, entre más rápido me deshaga del problema, podremos avanzar mejor en el caso. 

- No es un problema. 

Ahora sí lo miré, confundida. 

- ¿A qué te refieres? 

- ¿Puedo pasar? 

Me golpeé mentalmente y asentí, más roja que antes. Ambos nos sentamos en el sofá blanco de mi pequeña sala, nuestros rodillas se rozaban ligeramente y sólo podía ver pequeños destellos de su rostro ligeramente iluminado por las luces nocturnas de la ciudad. Todo me estaba resultando más intimo de lo que me hubiese gustado admitir. 

- No tienes que abortar, me haré cargo. 

Me molesté sin poder evitarlo al escuchar su tono de voz, monótono como siempre. Sé que debía estar agradecida, pero la  espinita de que sólo se haría cargo por lastima  me empezaba picar las costillas. 

- No estás obligado a hacerte responsable, Near. Aún estamos a tiempo de corregir este error. 

Él desvió la vista y empezó a jugar con el mismo mechón de siempre. 

- Tal vez no me estás entendiendo - carraspeó y un pequeño rubor se esparció por sus blancas y tersas mejillas. Aún con veinticinco años encima, Near seguía pareciendo un niño -. No considero esto un error. Sé que no reaccioné bien en cuanto me lo contaste y malinterpretaste mi opinión acerca del embarazo, sin embargo, también eres consciente de que me cuesta un poco ser tan espontaneo como la mayoría de los individuos. En cuanto me dijiste que estábamos embarazados mi mente comenzó a idear un plan para que el bebé naciera, fuese cuidado y educado, además de tu evidente protección durante el tiempo que estuvieses en cinta. - a medida que hablaba mi corazón latía con más y más fuerza - Estoy contento de esto, Claire, pues aunque no hemos hablado directamente del tema, sé que tienes sentimientos por mí así como yo por ti. Vine a hablar contigo para aclarar todo.

Near se quedó en silencio unos segundos, pero luego agregó: 

- Decidas lo que decidas, te apoyaré. Si quieres criar un niño conmigo, haremos todo juntos y estaré contigo, pero si no lo quieres tener, yo mismo le pediré al chofer que nos lleve al hospital ahora mismo. 

- ¿Tú quieres que lo criemos juntos? 

- Mas que nada en el mundo. 

-¿Y eso dónde nos deja a nosotros? 

- Desde que llegaste al equipo supe que nunca dejaría que te fueras de mi lado, así que puedes dar por hecho que quiero una vida contigo. Podemos ser amigos, novios, esposos, seré lo que tú quieras que sea para ti. 

No supe en qué momento pasó, pero empecé a llorar como niña pequeña, horrorizando a Near. 

- ¡Perdóname! No pretendía herirte, intenté hablar lo más sutil posible, estuve practicando toda la tarde lo que te diría para no sonar tan yo. ¿Qué fue lo que hice mal? - habló con rapidez, alarmado, sus manos intentaron limpiarme las mejillas pero estaba tan nervioso que ni siquiera pudo acercarse a mi cara sin casi caerse de boca. Al verlo actuando tan fuera de sí, me reí mientras lloraba y lo dejé aun más confundido. 

- Eres un torpe sin remedio - le tomé la mano para tranquilizarlo y aún soltando pequeñas lagrimas, le sonreí -. Vamos a hacer esto juntos. 

Near asintió y me abrazó con fuerza, poniendo una de sus manos en mi vientre. 

- Moveré el mundo entero si hace falta para que a tu madre y a ti no les haga falta nada. 





Death Note :  One shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora