Carta XIII

258 42 2
                                    

A Elle;

He sentido un escalofrío esta noche.

Creo que era por tu ausente presencia.

Mi pelo, empapado en lágrimas de sudor frío, caía sobre mi frente, como unas cataratas.

Me deshice de las sábanas, y me senté en el alféizar de mi ventana.

Encendí un cigarro, que saqué de la bolsa de cuero que he conseguido robar de tu habitación.

Si me hubieses visto fumar, te hubieses reído en mi cara.

"¡Siempre tan torpe, Marc!"

Me hubieses dicho.

Me tragué un par de bocanadas de ese mortífero humo accidentalmente.

Y de repente.

Boom.

Un recuerdo.

Un anhelo.

Un tú sin mi.

Un yo sin ti.

Un nosotros sin el nos, porque ahora somos simplemente otros.

Otros individuos.

Que ya no se ven.

Que ya no se sienten.

Pero, en realidad, nunca lo dejamos.

Nunca dejamos de ser un nosotros.

Tú te fuiste, pero realmente, sigo siendo tuyo.

O eso quiero creer.

Soy un gilipollas.

Perdón por fallarte, joder.

Perdón por dejarte ir.

Perdón por ser un idiota.

Perdón por no saberte querer.

Perdón por ser un simple reflejo en tu océano.

Marc.

ElleWhere stories live. Discover now