𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒅𝒐𝒐𝒓 | moonbae

🌙: ¿Quieres ser mi novio?

Me besó.

Jacob Bae estaba besándome.

Pensé que podría soportarlo, pero la sensación era mucho mas intensa de lo que había imaginado. Era demasiado bueno, como una adicción.

¿Desde cuando intercambiar saliva con otra persona era tan adictivo? Era mucho mejor que comer pizza a las dos de la mañana y ver videos de Beyoncé en una televisión de alta definición.

Confirmado, los labios de Jacob son tan suaves como el resto de su cuerpo, incluso más.

Le correspondí al instante, con el miedo de fracasar en el intento, pero su cuerpo reaccionó como el mío, temblando, así que eso era bueno.

Cuando nos separamos, Jacob sonrió y yo me derretí ante esa hermosa sonrisa.

—Me gusta esto —susurré inconscientemente.

—MoonMoon, ¿quieres ser mi novio?

Después de aquellas palabras, todo a mi alrededor desapareció, ni siquiera era capaz de escuchar algún sonido. Solo el latido de mi corazón acelerándose más y más.

No sé cuánto tiempo permanecí así, pero Jacob parecía mucho más nervioso ahora y me miraba con temor.

Dios, Kevin, lo estás haciendo esperar mucho.

Mi rostro estaba completamente rojo y mis palabras no salían así que asentí.

—¿Perdón? Creo que no te escuché bien, MoonMoon. —dijo Jacob fingiendo no saber nada, colocando una mano detrás de su oreja y acercándose más a mí.

—Sí —dije con la voz temblorosa, Jacob me miró inquisitivo. Suspiré mirándolo con reproche—. Sí quiero ser tu novio, HoneyBae.

—Me gusta más esa respuesta. —rió mientras se acercaba a mí para abrazarme.

Jacob era tan cálido siempre, daban ganas de permanecer pegado a su cuerpo toda la vida.

—Eres un tonto —refunfuñé frotando mi cara contra su pecho.

¿Ya he dicho que Jacob huele a bebé? Desearía que oliera así incluso con cincuenta años, aunque cualquier olor agradable se sentiría bien en él.

Jacob comenzó a acariciar mi cabello, tan delicado que comenzaba a quedarme dormido. Me sentía tan pequeño entre sus brazos. Él podía ser el más lindo y adorable, pero siempre me hacía sentir como si yo fuera un bebé. Y eso me gustaba. Ser protegido, cuidado y mimado por él.

—Ahora podemos hacer cosas de novios.

—Eso ha sonado muy precoz y estoy seguro que no lo he dicho yo. —me separé un poco y me encogí de hombros con una sonrisa inocente.

—Yah, MoonMoon, no seas malo.

Besé su mejilla creando un sonido en la acción. —Bien, dime que son esas cosas.

—Precoz —rió por lo bajito, obviamente lo suficientemente audible para que yo lo escuchara.

Se le hizo costumbre molestarme últimamente, pero se lo perdono porque es mi Honeybae.

—¡Tú diste la idea!

—Podemos besarnos cuando y como queramos, podemos salir tomados de las manos, decirnos cosas bonitas y darnos mimos.

—Ya hacemos todo eso, Honeybae.

—¿Hemos sido novios todo este tiempo y no nos dimos cuenta hasta ahora?

Reí para luego darle un golpecito en el hombro.

—Eres tan lindo cuando te comportas como un tonto.

—¡MoonMoon! —exclamó poniendo una expresión molesta en su rostro— No puedes decirle tonto a tu novio y esposo.

—Detenme si puedes, entonces —grité levantándome y bajando las escaleras de la casa del árbol, corriendo lejos de él—. Tonto, tonto, tonto.

—¡Yah, vuelve aquí!

Cuando Jacob comenzó a acercarse, corrí lo más que pude mientras reía, consiguiendo así que él me persiguiera y acabáramos corriendo en círculos.

—Alcánzame si puedes, gané medalla de oro en la competición de atletismo. —presumí.

—¡Tenemos que hacer cosas cosas de novios!

—¡Mamá, Jacob está siendo precoz conmigo!

Después de diez minutos de carrera, Jacob logró alcanzarme y casi caemos al suelo.

—Realmente eres rápido, casi muero. —dijo Jacob recuperando el aire.

—Hagamos esas cosas de novios de las que hablas.

—Entonces te besaré de nuevo.

—No.

Jacob frunció el ceño. —¿No?

—Me toca a mí besarte a ti.

—¿Te das cuenta que somos unos adolescentes besuqueándose en un lugar perdido en el campo?

—No es tiempo de ser inocentes, Honeybae.

Jacob me dio una media sonrisa para luego poner sus labios como un patito.

¡Yah! Deja de ser tan adorable, Jacob Bae.

Agarré sus mejillas y lo besé. De nuevo esa sensación asfixiante pero adictiva estaba ahí.

Si iba a sentir esto siempre que lo besara... Jacob Bae preparate para los mil trillones de besos que te esperan.