Capítulo 10:

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No me basta el que vengas por mi:

Todo paso tan rápido que no me di cuenta. Todas estábamos sentadas en un rover en donde Mitsuko era nuestra piloto y Maruta la copiloto, pero de lejos se notaba que ella era la primera que quería salir huyendo de ahí.  

Mitsuko iba a una velocidad tremenda, tan grande que casi atropella a 10 transeúntes, se salto 2 señales de transito y casi chocamos con un camión que iba en reversa. Todas gritábamos inclusive Shirapon senpai que normalmente es muy seria iba gritando padres nuestros sosteniendo una cruz en su mano que no sabia de donde había sacado ya que nunca la había visto con ella. Matsuri y Harumin iban bastante abrazadas yo diría que muy bien pegadas y con caras de terror, Matsuri le gritaba a Harumin que si morían ese día tenia que morir entre sus pechos y Harumin intentaba despegarle de entre sus pechos en donde Matsuri estaba bien alojada. Himeko y Nene ni siquiera estaban conscientes ó eso pensaba yo mientras solo veía que habrían sus bocas pero no sus ojos y yo no era la absoluta excepción de ahí, tengo el presentimiento de que si Mitsuko sigue manejando así no voy a llegar ni siquiera a tener hijos con Mei.

En medio de nuestro destino cuando en un intento de desviarme hacia la ventana del auto y olvidarme inclusive de mis gritos creí haber visto en el puente que daba al rio una hermosa cabellera roja, rápidamente desvié la mirada. Esa mujer extraña me terminara volviendo loca junto con Mei en algún momento.

Cuando llegamos a la parte trasera de la mansión Aihara todas salimos del auto casi corriendo inclusive Maruta menos Mitsuko nuestra piloto que casi nos mata, eso si, ¡por Dios que no me vuelvo a subir nunca a un auto con una loca así!.

Mitsuko: Entonces que tal el viaje - Exalta desde el auto, las demás la miraron con intensiones asesinas.

Harumin: ¡Hermana de qué viaje hablas, casi nos matas! - Grita con los ojos acuosos.

Mitsuko: Oye cariño no podíamos llegar tarde.

Matsuri: ¡Oh, tierra, mira  es la tierra, nunca he estado más feliz en mi vida de estar en tierra! -Dijo mientras deberás besaba el piso, parecía loca sacada del manicomio.

Harumin desvió su vista enojada de su hermana y puso toda su atención en ayudar a la Matsuri. Shirapon sostenía con una mano la pequeña cintura de Himeko con exceptivo cariño que no había notado tampoco en todo este tiempo, la llevaba a sentarla en un lado cerca ya que ella se veía muy mareada. Desde aquí veo que perdimos a Nene, estaba en una esquina vomitando el todo el bonito jardín trasero de los Aihara. Maruta estaba temblando levemente pero al parecer se calmo cuando Mitsuko se coloco detrás de ella y la abrazo por detrás. 

Maruta: Estas castigada - susurra levemente para que solo Mitsuko la escuchara. 

Mitsuko: Cariño, solo quería que llegáramos temprano, el viaje solamente duro 13 minutos y la cena empieza a las 8.

Maruta: No me importa, sin sexo durante 2 semanas - Gruño.

Mitsuko: pero, pero...

Maruta: Sin peros. 

Luego de que todo el mundo se tranquilizara escucharon el ruido de autos llegando a la mansión Aihara, lo que indicaba que... El compromiso de Mei ya iba a empezar.

Yuzu: Bien chicas, no tengo palabras para expresarles cuanto agradezco el hecho de que ustedes estén aquí junto a mi, viviendo este momento tan importante para mi. - Menciona mientras sus ojos se ponen acuosos. - Deberás no saben lo mucho que me alegra, así que les prometo que inmediatamente terminemos la escuela ustedes serán las madrinas de la boda.

Harumin: Rubia tu mejor que nadie sabes que nos interesa verte feliz.

Matsuri: Y si tu felicidad es al lado de la amargada de Mei - Interrumpe 

Nene: Si eso te hace feliz. - Continua

Shirapon Senpai: Pues entonces te apoyaremos.

Mitsuko: Bien dejemos lo emotivo para después, que empiece el plan. - Dijo mientras abría el baúl para sacar las cosas que iban a utilizar.

Matsuri: ¡Pues que arda la de Troya!. - Grito emocionada.

...

Mientras tanto, dentro de la mansión Aihara:

Los invitados habían llegado y la ambición no de podía salir mas de los ojos del señor Aihara, el cual relamía sus labios felizmente por el hecho de vender a su repulsiva nieta al mejor postor. Mei no podía estar más triste en su vida, su abuelo al que tanto amo y admiro era un ser detestable realmente que se movía solo como un perro por el dinero, pero ella no lo culpa, después de todo eso son los Aihara, sin embargo intentaba mantener su rostro lo más serio posible, no podía mostrar ni una gota de desaprobación. La academia se estaba yendo al traste, si los inversionistas se daban cuenta de que ya no existe el fondo para mantener la academia retiraran sus inversiones, entonces la escuela no se podrá mover y los Aihara caerán a la ruina. Ella no podía permitirse eso, amaba a la academia con su vida, es por eso que estaba aceptando esta situación, cumplir su sueño y volver a Yuzu era todo en lo que podía pensar. 

Luego de haberse saludado se dirigieron al comedor donde cenaban felizmente, bueno su abuelo y los padres del idiota.

Sr. Aihara: No saben como me hace feliz el que estén aquí.

Sr. XY: A nosotros también señor Aihara, a nosotros también. - Dijo mientras miraba a Mei de arriba a abajo de una forma demasiado pervertida.

''Repulsivo'', pensó Mei, sin embargo no hiso nada para evitarlo, no era como si pudiera hacerlo.

Sra. XX: Después de todo vamos a unir en matrimonio a nuestros bebes y luego de eso vendrán muchas cosas buenas para nuestras empresas y claro, para la academia. 

Sr. XY: Así es cariño. - dijo - Tu no dirás nada? - pregunta a la persona callada en la sala con desgana.

A: Si padre, yo también estoy muy feliz señor Aihara. - Dijo con evidente enojo en su voz. 

Sr. Aihara: Oh cariño, puedes llamarme abuelo desde ahora, después de todo formaras parte de nuestra familia en una semanas.

A: Si, abuelo. - escupe escuetamente.

El aura en aquella mesa era irritante. O por lo menos así lo sentían A y Mei los cuales estaban muy despegados de esa área mentalmente en la cual solo los mayores hablaban del compromiso y de cuantas ganancias tendrán con la unión.

Sr. Aihara: Entonces la boda se celebrara en ese hermoso lugar ya marque para los mejores buffet de comida japonesa.

Sra. XX: Correcto, es una excelente opción para todos.

Mei: Creo que el lugar de la  boda lo debo decidir yo que seré la novia. - Dijo sarcásticamente.

Mei rápidamente hiso silencio cuando sintió la mirada depredadora de su abuelo. Los demás hicieron silencio y luego siguieron hablando como si ella no existiera. 

Mei se sentía intimidada y terriblemente como un objeto de cambio, a partir de ahí estuvo en total silencio mientras veía por el rabillo del ojo como la sonrisa hipócrita de A se extendía por su rostro.

Paso media hora y los mayores tenían una amena discusión de las ganancias repartidas con el compromiso. Pero de pronto todos se callaron cuando de repente se abrió la puerta abruptamente y una hermosa rubia entraba corriendo a buscar lo que le pertenecía ''por decisión'', mientras unos guardias venían detrás de ella evidentemente cansados.  

Yuzu: ¡¡Me... Me... Mei!! - Grito entrecortadamente. - ¡He venido por ti, tu no te casas con nadie que no sea conmigo, me entiendes!


Continuará...

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Me disculpo por el tiempo jajaja, la escuela y esas chingaderas, pero bueno, nos leemos.

¡¡Por favor, tomemos caminos separados‼ - CITRUS (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now