Prólogo

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X: Hahahahahahahahahahahahahahaha

Yuzu: Ya, para de reírte o dormirás en el piso esta noche, cariño.

Decía una castaña avergonzada con el rostro teñido de rojo mientras veía como su esposa se revolcaba en el sofá de la risa.

X: Es que, Yuzu, hahahhahaha, si es muy graciosa la historia de cómo nos conocimos, hahahahaha. – Decía, mientras intentaba calmarse al ver la cara sonrojada de la de la castaña.

Yuzu: Mmm... Cariño, no estoy bromeando, de veras dormirás en el piso. - Reiteraba la castaña ya calmada con la cara lo suficientemente seria y aterradora para que la pelinegra entendiera y le hiciera caso, pues ella, no estaba bromeando.

Al ver está cara, la pelinegra rápidamente se sentó en el sofá con cara de miedo al ver que la castaña estaba hablando en serio. La castaña, al ver que la pelinegra le hizo caso tan rápido como flash, entendió que el castigo que tomó contra la pelinegra hace 2 semanas había funcionado de maravilla, así que se le ocurrió que cada vez que la pelinegra no la escuchara, usaría esta táctica para hacerla razonar.

X: Amor, entiendo que cuando se me van los canales quieras hacerme reaccionar, pero, amor, no tomes esas medidas, el piso es muy frío y duro para mi espalda, además, no duermo muy bien si no estoy a tu lado bebé. - Rogaba la pelinegra con ojitos de cordero, los ojos aguados y las lágrimas amenazando con salir.

Yuzu: (Aaah, creo que fui muy dura esa noche. Sin embargo, se lo merecía, además, era eso o dejarla sin sexo por un mes.) – Pensó la castaña mientras observaba a su esposa mirarla con ojitos llorosos. - Al parecer, a la señorita le gusta hacer travesuras, pero no le gusta recibir castigos. - Decía la castaña mientras se acercaba peligrosamente al rostro de nuestra pelinegra. Observaba fijamente sus labios, mientras estos temblaban levemente por su acercamiento sorpresa.

X: Yu... Yu... Yuzu qué... ¡¿qué haces?! - Preguntaba nerviosa la pelinegra mientras miraba como la castaña acercaba peligrosamente su rostro al de ella, reflejando conscientemente las ganas que tenía de devorarla.

Yuzu: Nada que no hagamos casi a diario, dulzura. - Decía mientras tocaba la mejilla de la pelinegra suavemente con su mano izquierda, y, con su mano derecha, la guiaba detrás de la espalda baja, al lugar donde se encontraba el cierre de su falda.

Luego de bajar suavemente el cierre trasero de la falda de la pelinegra, pasó suavemente su mano derecha por toda su cintura hasta llegar a las orillas de su ropa interior, ella, introdujo su mano lentamente para tomar sigilosamente su miembro ya erecto, haciendo que su esposa se sobresaltara, todo esto, mientras comenzaba a lamer suavemente el labio inferior de la pelinegra la cual se encontraba incontrolablemente sonrojada por la acción sorpresa de la castaña, provocando que su corazón lata a mil por segundo. Todo iba totalmente armonizado como quería la castaña, hasta que... Repentinamente se abre la puerta de la habitación provocando la separación abrupta de las dos.

Xx: Mamá, estoy preguntando porque tengo curiosidad, pero... ¿quién va a hacer la ce... na?, ¡¿eh?! - Preguntaba una castaña menor quien se queda sorprendida e inconscientemente paralizada al ver lo nerviosa que estaba su mamá; la castaña mayor, la cual estaba sonrojada fingiendo leer una revista de moda; que estaba al revés, y, su madre; la pelinegra, estaba con una sonrisa pícara en los labios mirando a la castaña fijamente mientras subía la cremallera de su falda que anteriormente había deslizado la castaña para hacer cositas.

Al ver esta situación tan incomoda, la castaña menor reacciona y sale corriendo de la habitación dejando la puerta abierta mientras gritaba:

Xx: ¡¡Hermanos, no se atrevan a ir a la habitación de mamá sin tocar la puerta, ellas se están besuqueando!!

La castaña mayor estaba con la boca abierta al ver la acción su hija mayor; no la creía capaz de eso. Sin embargo, volvió a tierra al escuchar las carcajadas de la pelinegra, la cual estaba luchando anteriormente por no reírse.

Yuzu: De... Deja de reírte - susurró sonrojada mientras pensaba seriamente en un problema crucial de su vida familiar y matrimonial al mismo tiempo. – (A veces, solo en ocasiones, deseo que mis hijos 'los diablillos', crezcan y se casen rápido para lograr tener privacidad, ya ni culiar dejan a uno. Pero la vida les pasará factura.)

La pelinegra hace caso al mandato de su esposa, sin embargo, aún quería jugar con la castaña, así que se acercó lentamente a su oído y susurró para que solo ella lo pudiera escuchar.

X: ¿No que muy seductora?, ¿qué pasa ahora?, ¿te acobardas? – Le cuestionaba a su esposa mientras reía a carcajadas sin pensar en el destino que estaría preparado para ella próximamente.

De repente, la castaña giro su rostro sin expresión hacia la ella. Al ver esto, la pelinegra dejó su cara burlona por una triste, ella ya sabía lo que le pasaría.

A la mañana siguiente, la morena despertó en el piso frío y con dolor de espaldas. Se repetía una y otra vez que no debía jugar con su esposa cuando estaba cerca de sus días.

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Hola lectores bellos, he aquí el prologó, ¿A qué no se lo esperaban?, solo les estoy saludando ya que no más les vengo a decir que ya va a empezar el periodo de clases. no es lindo, es triste, así que probablemente en un futuro no estaré muy activa, sin embargo, si Dios quiere (que nunca falte), haré lo posible para fijar un horario para lograr tener un balance en mi vida diaria.

¡¡Sin más, me despido, Dios me los cuide y los guíe a leer mi historia.

¡¡Que viva el yuri

¡¡Que vivan mis lectores

¡¡Y que viva citrus

¡¡Viva

¡¡Por favor, tomemos caminos separados‼ - CITRUS (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now