16. ¿Amor a primera vista?

Start from the beginning
                                    

Todas las noches suspiraba de alivio al notar que nada de lo que temía sucedía. Comencé a pasar cerca de la universidad demasiado seguido, a cualquier hora, con la esperanza de tener la suerte a mi lado y permitirme verla una vez más. Sin embargo, nunca se dio una segunda oportunidad.

Cuando perdí la esperanza por completo, casi un año después, la vi de nuevo, sentada en una banqueta al otro lado de mi restaurante. Realmente me sorprendió.

A diferencia de cómo creí, seguía viva y resistiendo, pero por desgracia, la vi en un estado peor que en esa ocasión. Estaba más rota, más cansada, harta y frustrada. No pretendí nada, solo quería acercarme un poco para decirle que resistiera un poco más, pero al final, solo pude ofrecer una taza de café.

La curiosidad se volvió algo molesto, pronto se transformó en codicia y más codicia. Tuve la impresión de que si la dejaba ir en ese momento, podría no volver a verla nunca más, y me invadió el miedo y la angustia. Quería retenerla con lo que fuera, quería mantenerla en un sitio en el que pudiera verla.

Odiaba la idea de verla desaparecer de mi vista una vez más.

En ese entonces, el restaurante estaba en el mejor momento, tenía el personal completo y no necesitaba a nadie más. Edward era bastante competente y me presionaba mejor que nadie, pero pronto me sorprendió un ofrecimiento de trabajo a Margo que tenía dueño, solo por un simple capricho que acabó siendo una de mis mejores decisiones precipitadas.

Desde el fondo de mi corazón quise ayudarla y borrar esa mirada amarga, vacía y muerta de sus ojos preciosos. Quería al menos sacarle una sonrisa, así que sin darme cuenta, empecé a sonreír; porque escuché que la energía de las personas podía ser contagiosa y quería darle solo buena energía.

Sin querer, comencé a relajarme a su lado.

Margo seguía enojada con el mundo, incluso con el pasar de los meses, ella seguía con la guarda demasiado alta para poder atravesar. Esos muros alrededor de su corazón estaban bien construidos desde los cimientos, sin importar lo que hiciera, no conseguí alterarla o emocionarla, ni siquiera parecía llamarle la atención.

Margo no socializaba con las personas, pero era porque no le gustaba el ruido. Era una persona que iba a favor de la corriente, como una marioneta que no controlaba su vida y emociones a su antojo. Era un poco triste. No dejaba a nadie demasiado cerca, ni se acercaba a nadie. Solo observaba en silencio.

Si ella al menos hubiera volteado la mirada, me habría encontrado mirándola, pero ella nunca miraba hacia atrás.

Aunque descubrí uno de sus secretos bien escondidos, seguí sin acercarme a su corazón. De hecho, cuando ella supo que lo sabía, su guardia aumentó más. Comencé a temer quedarme atrás, sentía que podría dejarme en cualquier momento.

La coraza irrompible que protegía su corazón era particularmente difícil de penetrar. No podía avanzar si ella no lo permitía, así que fui paciente, la observé demasiado tiempo... y me enamoré.

Ella extrañamente era tierna, parecía tener hermanos a los que podía dedicarle una sonrisa sincera y hablarles con dulzura. Le encantaban los juegos mecánicos que se presentaban en las festividades, parecía que le gustaba la adrenalina, pero también era de las personas que podía disfrutar de los fuegos artificiales más que nadie. Se le quedaba viendo como una niña pequeña.

Extrañamente, comencé a tener miedo de perderla.

Extrañamente, comencé a enfadarme por verla sonreírle a otro hombre.

Extrañamente, quise llamar su atención.

Extrañamente, le robé un primer beso.

Quizá se trató de una desesperación irreparable. Preferí ser un poco más vivaz si quería que ella volteara a ver en mi dirección, para bien o para mal, funcionó de alguna manera.

Seduciendo al chefWhere stories live. Discover now