Margaritas (Capítulo 35)

Start from the beginning
                                    

—¿Eh? —volteé a verlo.

—Si no fuera por ti, ese chico se habría ido y nos habría abandonado como perros callejeros —habló RapMon.

—No creo que fuera así —dije riendo.

—Tal vez. Bueno, solo me alegra de que se quede.

—También a mí.

Demasiado. 

Los chicos tomaron otra conversación y comenzaron a hablar sobre cosas de "chicos". Mientras, yo miraba a las demás personas, sentada con la pierna incómoda y delicadamente cruzada.

Aún no me acostumbraba a usar vestidos, no era lo mío. Los vestidos de Eun Ji eran muy cortos y ajustados para mi gusto. Preferís mis jeans y mis amados y cómodos converse altos. 

—Bien, aquí están —dijo Jimin llevando vasos de cristal en las manos. 

—Gracias Jiminnie —le agradecieron los chicos.

Todos tomaron sus bebidas, pero cuando probé la mía, miré a Jimin algo seria.

—¿Qué? —me cuestionó por mi mirada.

—Esto es agua.

—Ajám.

—Te pedí una piña colada.

—Eso tiene alcohol.

—¿Y? —fruncí el ceño.

—No dejaré que te embriagues.

—Por Dios, no es como si fuera a emborracharme por un vaso.

—Siempre hay que prevenir.

Lo fulminé con la mirada. Miré hacia su vaso sobre la mesa y lo tomé para beber de él.

—¿Y tú si puedes tomar Whisky? —dije una vez que probé la bebida.

—¿Lo ves? Incluso sabes de alcohol —dijo quitándome el vaso.

—Ya te lo he dicho, ni que fueras mi papá para decirme qué hacer.

—No, no soy tu padre. Soy tu novio.

—¿Y por ser mi novio vas a prohibirme un pequeño antojo?

—Si es necesario, sí.

Me quedé callada mirándolo con los ojos entrecerrados, y él mirándome de la misma manera. Ambos comenzábamos a molestarnos.

—Em... chicos... Las peleas de pareja pueden llegar a dar miedo —habló RapMonster, hundiéndose en el sillón junto con Jin y Kook.

—¡Empezó él/ella! —dijimos al mismo tiempo.

—Da igual quien haya empezado. Jimin, no puedes actuar tan sobre protector, es tu novia no tu hija. Giselle, debes entender que Jimin es un idiota egoísta y que se preocupa por ti —dijo Jin.

—¿Cómo me llamaste, princesita? —dijo fulminándolo con la mirada.

—Como sea —me puse de pie, algo molesta.

—¿A dónde vas? —dijo Jimin tomándome del brazo.

—Por algo de alcohol —dije soltándome de su agarre y caminando entre las personas.

Y al instante sentí un poco de culpa. Era cierto, Jimin se preocupaba por mí, es por eso que no me permitía hacer ciertas cosas. Eso lo entendía perfectamente. 

A decir verdad ni siquiera me gustaba el alcohol. Lo detestaba, sabe horrible. ¿Pero no debería tomar mi opinión en cuenta?

Hice que se molestara, y estaba segura de que repercutiría sobre algo mi actitud de hace un momento.

Una flor sin pétalosWhere stories live. Discover now