Incapaz. (Capítulo 33)

2.7K 289 3
                                    

Miro de nuevo la pantalla, donde hay un correo diciendo que lo sienten, pero que no fui admitida, entre otras cosas que ya no quiero ni leer.

Me cubro la boca con la mano intentando no llorar, y con la otra sostengo el celular.

¿Qué has dicho? —me pregunta atónito.

No lo logré.

Debe de haber un error...

No creo que haya errores en este tipo de sistemas, Jimin —y es cierto, sería imposible un error.

Estaré en tu casa en 10 minutos, tal vez pueda solucionarlo.

¿Solucionar qué? No hay nada qué hacer, ésta es la realidad, no fui lo suficientemente buena.

No digas eso, tú eres la mejor, esto es sin duda un error. Llegaré en 10 minutos.

No —digo rápidamente.

¿No qué?

No vengas.

¿Por qué no?

Quiero estar sola por ahora, Jimin. Además ya es tarde —digo limpiando mis ojos húmedos con la manga de mi suéter.

Pero...

Por favor Jimin, quédate en tu casa, tu mamá se preocupará si sales a ésta hora.

No me interesa, iré en el auto.

Por favor... —digo un poco cansada. Realmente quiero estar sola. Si lo veo, seguramente me ahogaré en lágrimas, y prefiero hacerlo a solas.

Guarda silencio por varios segundos, y da un largo y profundo suspiro.

Está bien...

Nos vemos —me dispongo a colgar, pero me detiene.

Espera, sólo una cosa más.

¿Qué?

Sólo quiero que tengas en mente que éste no es el final. Esto no va a separarnos si es lo que piensas, porque lo que hay entre tú y yo es superior a lo que un estúpido correo, instituto o distancia digan.

Me quedo en silencio, escuchando atentamente sus palabras sentada en la alfombra a la orilla de mi cama. 

Yo te quiero conmigo, sea como sea, y esto no va a impedírmelo. Te amo, te lo he dicho en ciertas ocasiones y quiero recordártelo ahora. Esto es sólo una mala jugada del destino, pero verás que al final todo saldrá bien. Si nunca dejas de quererme, te prometo que todo estará bien...

Y entonces, no puedo aguantar más. Mis lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, y trato de no hacer ningún ruido que me delate. Las seco con la manga de mi suéter y éste comienza a mojarse también.

Siento un nudo en la garganta y quiero deshacerme de la sensación.

Ahora cambio de opinión, y quiero que venga. Quiero estar con él. Quiero que me abrace. Quiero que se quede conmigo toda la noche y me diga que nunca dejará de amarme. Lo quiero a él.

¿Aún vendrías? —digo tallándome los ojos, con la voz ronca intentando hablar firme.

¿Quieres que vaya?

Una flor sin pétalosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora