Una flor sin pétalos

¿Verdad, o mentira? (Capítulo 15)

JIMIN

—Aquí está mi paga. 

Entonces la tomé por la cintura, y me lancé directo a su boca pegando mis labios contra los suyos. 

Lo deseaba, deseaba hacerlo desde la primera vez que la vi. Desde la primera ve que la tuve tan cerca. Y por fin lo había conseguido.

Quería más. 

Necesitaba más.

Comencé a besarla más profundo, y a acercarla cada vez más contra mi cuerpo. Pude sentir nuestras respiraciones agitarse en cuestión de segundos, y decidí llevarla a la cama sin pensarlo dos veces. La recosté y me puse encima de ella, sin cortar el beso. 

Pasé de sus labios a dar pequeños besos sobre su cuello, y un pequeño gemido se le escapó de la garganta. 

Mierda, estaba tan inquieto y deseoso. ¿Por qué me provocaba así? 

Regresé a su boca, acariciándola desde su abdomen plano, pasando por su cintura hasta llegar a una de sus piernas, subiéndola a mis caderas. 

No podía parar, deseaba que el momento fuera interminable. Pero no.

—¡Jimin! ¿Estás en casa?

Mierda.

Jungkook. 

Me separé casi obligado de ella, y la miré por unos instantes antes de salir de la habitación. Le dije que se quedara adentro. ¿Por qué Kook tenía que ser tan odioso a veces?

Cuando bajé las escaleras, me encontré con él y Soo Yun, un buen amigo que conocía ya hacía unos dos años.

—¿Qué hacen aquí? —pregunté intentado verme de lo más normal, acomodándome la camiseta.

—Bueno, ya que me arruinaste los planes, vinimos a pasar el rato aquí —Habló Kook, sarcásticamente.

—¿Arruinarte los planes? —preguntó Soo Yun.

—Sí, se suponía que vería a Giselle hoy, una chica que me agrada bastante. Pero Don Amarguras no me dejó —respondió mirándome fastidiado, después me soltó un pequeño golpe en el brazo y no pude evitar reírme.

Si él supiera lo que acababa de hacer.

Sí, definitivamente era un hijo de puta por no decirle.

Estuvimos charlando un tiempo de cosas sin importancia, tratando de olvidarme por un momento que tenía todo un banquete en la habitación de arriba. Jungkook fue por un momento a la cocina a servirse algo de tomar y traernos algo de paso, así que nos quedamos solos en la sala Soo Yun y yo.

—Así que Jungkook está interesado en la tal Giselle... —dijo Soo Yun, sacándome plática.

—Ah, sí, eso creo —me limité a responder.

Me sentía mal de traicionar de alguna manera a Kook.

—Bueno, si yo fuera él no me confiaría de ella —se echó a reír.

—¿Por qué lo dices? —fruncí el ceño.

—Bueno, digamos que ella no es lo que parece.

Lo miré algo molesto. ¿De qué hablaba?

—¿A qué te refieres? —le pregunté.

—Bueno, te lo cuento a ti porque eres mi amigo y sé que puedo confiar en ti.

—Ajá... Dime entonces —comenzó a intrigarme.

—Mira, esa chica no es más que una mujer que sólo busca hombres con quién poder acostarse.