Alguna vez, al verlas ¿no has sentido una sensación extraña? Siempre ganan, pero... ¿nunca has deseado que pierdan? ¿que sufran? ¿que se acabe tanta... felicidad? Yo... si te soy honesto... sí, lo deseo.
Cuando, ella, regresó de la luna, yo estaba...
Sweet apple acres; una pintoresca y muy colorida granja. Un lugar bastante próspero y bello para crecer. Algunos podrían decir que crecer en una granja es apestoso, sucio, y lúgubre. Pero si alguien ha vivido en ese lugar toda su vida, para ese alguien podría ser el mejor lugar del mundo. Y el hecho de entrar a una vida "mejor" para ese alguien, solo sería ir a un lugar en el cual no encaja.
Bright mac se encontraba trabajando en el campo, con su hijo mayor. Big mac. Ambos estaban en el campo, un tanto alejados de el granero. pero corriendo no tardarían más de unos segundos en llegar. Se decidieron levantar un poco más temprano de lo usual, ya que el día parecía muy próspero y despejado. Lo mejor sería aprovecharlo desde temprano.
La abuela Smith estaba en la cocina de la casa, recogiendo los platos del desayuno de su hijo y su nieto. Además de que prepara otra ronda de desayuno, pero ahora para sus otras dos nietas y su nuera. Mientras tanto, arriba, la pony terrestre, llamada Pear Butter, aun dormía, de una manera placida. Pero ese sueño no tardaría demasiado, puesto que su segunda hija, Applejack, entraría corriendo a la habitación.
—Mamá —gritó la potranca, mientras corría al lado de su madre—. La abuela dice que ya está el desayuno. —Se veía bastante contenta.
—Buenos días Applejack —abriría los ojos, se acomodaría de estar a costada, a sentarse en la cama.
—buenos días mamá. —La pequeña potra se subiría a la cama, para poder abrazar a su querida madre.
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La yegua besaría amorosamente la crin de la potra rubia.
—¿Dónde está tu padre? —preguntó Pear Butter.
—Salió al campo. Dijo que sería buena idea salir más temprano —explicó la potra.
Pearl Butter, vería el exterior, por la ventana.
—Se ve que el día va a ser bonito —sonreiría al ver el reluciente y cálido sol, bañar con su luz las copas de los manzanos.
—Sí, y recuerda que hoy la abuela le enseñará a mi hermano la ruta de envió hacía Appleloosa. —Applejack le recordó.
—Ah, sí, casi lo olvidó. —la yegua haría a un lado las mantas, y se levantaría de la cama.
—Vamos, la abuela preparó roles de manzana. —También saltaría de la cama, para caminar a la puerta.
Las dos caminarían por el pasillo, pero antes de bajar las escaleras, Pearl Butter pasaría a la habitación de su hija menor, Apple bloom. Vería que la bebé seguía durmiendo en su pequeña cuna de madera.
—Es muy bella ¿no lo crees? —preguntaría la yegua, mientras aun caminaba a las escaleras.
—Sí que lo es. —La potra sonreiría, contenta, pensando en cómo sería esa pequeña bebé en el futuro. posiblemente sería muy juguetona.
