Alguna vez, al verlas ¿no has sentido una sensación extraña? Siempre ganan, pero... ¿nunca has deseado que pierdan? ¿que sufran? ¿que se acabe tanta... felicidad? Yo... si te soy honesto... sí, lo deseo.
Cuando, ella, regresó de la luna, yo estaba...
la noche suele ser hermosa. la mayoría de la veces. puede significar final de la jornada laboral, descanso, la aproximación de la hora de dormir, y hasta puede significar lujuria e intimidad con su pareja. para otros, puede significar peligro, caos, miedo, soledad, y aveces la muerte. las criaturas nocturnas son peligrosas; aprovechan la oscuridad para atacar todo aquel indefenso que no comparta sus sentidos avanzados para combatir la oscuridad. el peligro siempre esta presente, lo que diferencia a las criaturas ordinarias de las extraordinarias es la fuerza de voluntad para combatir a ese peligro.
la unicornio, de nombre tempestad se mojaba bajo la lluvia, que caía con tanta intensidad que podría ser la manifestación misma de su nombre. de ese evento natural derivaba su apodo. "tempestad". es mucho mejor que solo llamarse "fizzy".
sus pensamientos estaban concentrados en su meditación, y su recapacitación, de si lo que estaba haciendo y estaba apunto de hacer era lo correcto. podía entrar a ese bosque y no salir con vida, y todo por un solo peligro que había en ese bosque. un peligro que se podía anunciar de varias maneras. el sonido metálico de sus cascos, la buitre que siempre lo acompañaba, sus ojos blancos entre el paisaje negro del bosque, su estela blanca, o no podía hacer ningún misero sonido. esas eran las ocasiones mas peligrosas en las que aparecía, ya que no trataba de intimidar, solo asesinar.
como sea. ella ya conocía algunas de sus maneras de comportamiento, no todas, pero sí algunas.
el agua no había parado de caer, pero ella no la sentía, al estar sumergida en sus pensamientos la lluvia pasaba a un segundo plano. con su cuerno se iluminaba el camino, para no perderse entre las gotas que hacían desaparecer al mundo.
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¿era necesario?, completamente. le podía llevar la muerte, por mas que él había llegado a decir que la amaba, seguía siendo un ser impredecible, con problemas en la cabeza. quizá ella no era tan diferente a él.
no había manera de impedirlo, el frio liquido caía sobre ella, se deslizaba en su armadura y mojaba su melena. como si eso fuera a lavar sus pecados o algo parecido.
con su meditación dada por finalizada, se adentraría al bosque. entrar, había sido una decisión muy valiente o muy estúpida. ya había tomado decisiones estúpidas en el pasado, y había pagado el precio por todas sus equivocaciones. menos por una.
sus pisadas cubiertas por sus protectores de casco se camuflaban entre la lluvia, que se deslizaba entre los arboles.
solo caminaría en linea recta. sí sabía perfectamente donde se escondía el pegaso. pero ir a buscarlo ahí, sería un suicido para cualquiera. puede parecer una mina abandonada cualquiera, pero ese lugar tiene mas cadáveres encima, que cualquier cementerio en equestria. de ese modo, era mas fácil esperar a que él apareciese, ese bosque es su territorio, él siempre estaba consiente de las criaturas que entraban a ese lugar, pero era decisión suya si aparecía o solo observaba desde las sombras a los intrusos del bosque.
