- CHAPTER THREE -

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Babilonia, 575 A. C.

- Y ta-da.- la castaña sonrió haciendo manos de jazz a un pequeño grupo de niños frente a ella, adoraba ver sus caras sorprendidas cuando creaba fuego con sus manos o movía objetos con la mente. Había descubierto que de hecho era capaz de controlar los átomos a placer, dándole lugar a muchos poderes, algunos aún no descubiertos.

- Usted es asombrosa, señorita.- dijó uno de las pequeñas.

- Y muy muy bonita.- halago otro pequeño.- de grande, me gustaría conocer a alguien tan bonita como usted y casarme con ella.

La castaña le sonrió y estaba a punto de responder, cuando los ojos del chico cambiaron y supo de quien se trataba. Inmediatamente, el chico se fue y con él, todo el grupo de niños. La castaña habló.

- ¿En serio estás celoso de un niño?- rió.

- Mi dulce Aisha, pasas más tiempo con ellos que conmigo, quería un rato contigo a solas.- susurró en su oído, mientras pasaba sus brazos por la cintura de la eterna.

- Solo tienes que pedírmelo, cielo.- respondió acariciando sus brazos.

El chico recargo su cabeza en el hombro de la eterna y permanecieron en un abrazo silencioso por un tiempo.

Antes de que su charla pudiera ser retomada, Aisha sintió las vibraciones típicas de Desviantes.

- Druig, adentro, todos a la fortaleza.- ordenó Aisha, separándose del abrazo y besando al telepata en la mejilla.- la orden va para ti también.

La pareja se separó y Aisha fue con el grupo de eternos a defender a la gente.

- Así que Druig, ¿eh?, que romántico cliché, ambos abrazados, viendo el sol en el atardecer.- se burló Kingo.

- Cierra la boca, Kingo, solo somos... amigos.- dijó mientras atacaba a un Desviante, moviendo la mano, haciendo crecer desmedidamente un árbol cerca y aplastandolo, una de sus kinesis desarrolladas, la dendrokinesis.

- Los amigos no se besan, Aisha.- canturreo Kingo.

- Somos amigos que se gustan, sin etiquetas.- declaró la chica, aunque internamente deseaba que Druig le propusiera finalmente ser más que amigos.- y ambos estamos bien con eso.- dijó para matar finalmente al Desviante, incendiando al Desviante.

- Son una buena pareja, la pirómana y el telepata.

Y si las miradas mataran, Kingo estaría 20 metros bajo tierra, propina de Aisha.

Acabaron con los Desviantes y entraron a la fortaleza. 

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Después del show que Sprite les brindó a los humanos, llega Aisha, en el momento equivocado.

- Mi bella Makkari, llegas tarde.- escucho a Druig hablarle a la eterna.

Auch. "Mi bella ...", ¿no se suponía que ese era su apodo?, Aisha, que iba llegando, retrocedió un poco, dolida. Druig no percibió su presencia, y cuando vió la química que Druig y Makkari tenían, el como se miraban, sintió como su corazón se destrozaba. Siempre había sentido inseguridad con la relación tan cercana de Makkari y Druig, pero jamás lo había reprochado porque sabía que Makkari no tenía idea de lo que Druig y ella tenía, además, pensaba que solo deliraba. Aplastó la carta en su mano, que idiota se sentía, al menos se había salvado de la verguenza del rechazo, o no por completo, no la había rechazado directamente, pero como dicen: las acciones valen más que mil palabras y se sentía avergonzada, que estúpida era.

My kind of woman - Druig · EternalsTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon