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Felipe

La veo caminar por la cocina mientras carga a la juli, esta trae su pijama rosado de conejo y la hace ver completamente adorable, veo como la princesita se estremece y me acerco lentamente a ella.

—podría tener estas vistas siempre.

ella se gira con una sonrisa en su cara y camina hasta mi con mi hermana en sus brazos, se alza de puntas y deja un casto beso en mi mejilla haciéndome sonreír, la juli me saca de mi pequeño trance cuándo tira de mi camisa blanca queriendo posicionarse en mis brazos.

—hola pipe.

—hola princesita, teni frio?.— ella asiente.— queri que te preste un poleron?

—yaaaa sería bacan.

—sube a mi pieza y saca uno.

—cualquiera?

—el que quiera mi princesa.— ella sonríe achinando sus ojitos y apunta tímida a la juli.— yo me encargo tu tranqui, yaya anda a abrigarte.

—ya voy papi.

la miro alzando una ceja y ella se va rápidamente soltando una risa.

es su primer día de trabajo cuidando a la juli y quiero que se sienta lo más cómoda posible con nosotros, no quiero que se vaya.

tomo la mamadera de la juli y comienzo a dársela, la princesita ya la tenía enfriando, mi teléfono suena dayra se lee en la pantalla, le contesto poniendo el altavoz porque tengo a la juli en brazos y si la separo de su mamadera va a arder troya.

—alo.

—hola guapo, ya te veni pa acá? te estamos esperando.

—le quise dar su leche a la juli, cuando termine salgo pa allá.

—no tenían a alguien que se encargaba de eso? los hombres de hugo se ponen pesaos pipeee.

—dayra tu dedícate a hacer tu trabajo, si los weones se pasan pa la punta llama al tomi y listo, yo me encargaré de mi hermana.

—bueno jefe.

le corto y siento como mi cabeza comienza a palpitar, no me agrada hugo ni sus hombres pero negocios son negocios.

—debes irte.

miro a la entrada de la cocina y ella lleva uno de mis polerones, este le llega hasta un poquito más abajo del short que anda trayendo.

—te ves linda.— ella ignora eso y camina a mi tomando a la juli yéndose hasta el sillón.— mila?

—comerá aquí o ya debe irse jefe?

ese jefe me hace sonreír, ella se sienta en el sillón sentando a la juli en sus piernas y esta comienza a jugar con el pelo de la princesa.

—el tomi me compró desayuno.— me acerco hasta ambas y beso la cabecita de la juli y luego la de la mila.— no vendré a comer y mis papás tampoco.

—ya me lo habían dicho, jefe.

la miro unos segundos y me doy vuelta para salir de la casa.

—por qué vas tan elegante felipe?.— la miro y me mira con una sonrisa burlesca.

—soy un hombre de negocios princesa.

—mmh corte empresario me gusta.

me hace reír fuerte y salgo de la puerta, veo a la wawa estacionada pero como ya dije, hoy soy un hombre de negocios así que decido usar la silverado color negro que está estacionada en nuestro garage.

comienzo a manejar en dirección al taller, llego en pocos minutos. El taller es mío, era de mis abuelos, desde que ellos empezaron el negocio familiar, este es el único local completamente legal, bueno no completamente ignorando la bodega que usa mi padre y las reuniones que tenemos casi todos los meses, es solo un taller mecánico.

estaciono la camioneta en mi estacionamiento designado y me bajo poniéndome unos lentes negro, hay que darle el corte.

entro por la puerta número 1, esta da a la sala de ventas y oficinas, la entrada número 2 da al taller, lo primero que veo es a mi mejor amigo charlando alegremente con la dayra, nuestra "secretaria".

Tomás.

el nombrado me mira.

—Felipe, hugo llegó con el sobrino.

hago una mueca y comenzamos a caminar hasta la oficina más, la mía, el año pasado adquirí por legado el taller. Tomi ha sido mi amigo desde siempre, hemos compartido casi todo y queriendo ayudar a mi amigo a surgir le ofrecí el 50% de la empresa, nunca me gustó tener una oficina más grande que la de él pero este me convenció a quedarme con ella porque a él no le importa y ni usamos las weas.

—como dormiste mi vida?.— lo miro y sonrío.— yo dormí perfecto porque estabas tú en la pieza de al lado.

me hace reír por lo weon que puede ser, tuvimos pijamada anoche, cómo a él le gusta decirle, aunque en nuestras pijamadas él duerme en SU pienza, mi mamá designo una habitación sólo para él.

pongo mi cara más seria ya que llegamos a la gran puerta negra, la abro y veo a Hugo con su sobrino.

—buenos días señores, lamento la tardanza.

con mi mejor amigo nos sentamos frente a esos dos hombres, el menor del clan Cabrera me mira y sonríe cínicamente.— claaaro, el tiempo del principito es tan valioso.

su tío lo mira serio.

—no te amargues tanto la vida pensando en la mía Dieguin.

él bufa ya que sabe que está en mi territorio y no se puede sobrepasar.

luego de esto decido comenzar a hablar de negocios para terminar luego y poder sacarme esta camisa culia que no me agrada para nada.

¿La princesita me habrá encontrado rico? porque estoy rico rico.

Pipe para usted princesaWhere stories live. Discover now