Melania era una corredora callejera. A menudo, la policía casi la atrapa, pero las calles pagaban las facturas.
Tenía conexiones. Le debía a su amigo un favor que terminó en Melania siendo capturada por el Soldado de Invierno y aterrizó en el radar...
Era diferente ver a Sam así. La última vez que se vieron, prácticamente había estado protegiendo al hombre tan pronto como lo vio, todavía en su enfado por no poder proteger a James.
Parecía que había cambiado. Para bien o para mal, no podía decirlo y tendría que esperar para averiguarlo. Él era su mejor amigo, incluso su hermano. Pero incluso la familia puede distanciarse hasta que finalmente se separen.
Esta vez estuvo en silencio. No hay palabras escrutadoras o miradas dirigidas unas a otras, solo silencio. Algo que se usó en tu contra. Sus ojos no estaban entrecerrados ni muy abiertos. Como solían ser en un día normal.
Melania se mordió el labio ligeramente mientras se acercaba a él, con los brazos alrededor de su cintura para darse un abrazo. Por supuesto, no sería lo mismo. ¡Probablemente odiaba sus tripas! Tal vez su silencio era solo una fachada para ver cuánto tiempo tardaría en romperse y luego él...
"Siempre piensas demasiado en las cosas", dijo, tirando de ella del brazo de la mujer y abrazándola. Un ruido de sorpresa de ella se ahogó en sus hombros, aunque el abrazo hizo que ella se aflojara en sus brazos.
"Pensé que me odiarías", se rió patéticamente, envolviendo sus brazos alrededor de él también. ''No me sorprendería si lo hicieras, sabes'', dijo un poco más bajo que el resto.
Sam suspiró, una mano descansando en la parte posterior de su cabeza, frotándole el cuero cabelludo. "No hay forma de que pueda odiarte. He estado contigo en las buenas y en las malas", dijo, apartándola de él para mirar a la mujer que, en cierto modo, crió.
"Sí, a veces eres una mocosa y quiero golpearte en la cabeza estilo de Rapunzel, pero sigues siendo mi hermana pequeña", le dijo. "Así que no vuelvas a decir estupideces como esa", dijo, alborotando su cabello.
La risa de Melania salió un poco rota mientras se limpiaba algunas lágrimas solitarias. "No quiero ser demasiado suave conmigo, ¿verdad Wilson?", Bromeó, dándole un puñetazo en el brazo en el hombro. "Heriste mis sentimientos".
Sam puso los ojos en blanco. "Lo que sea", se quejó, pero la mirada de adoración que solo alguien que se preocupaba por ti con todo su corazón podía dar lo contrario. "Pero quise decir lo que dije", frunció el ceño.
Melania asintió, la pequeña sonrisa todavía en su rostro de todos modos. No muchos lo sabían, pero Sam era alguien a quien admiraba, como haría cualquier hermano menor en un momento de sus vidas.
''Lo sé.''
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Había una chica nueva entre la multitud de veteranos. Siempre la reconoció como esa chica con la que nadie hablaba pero que respetaba. Siempre se marchaba cuando él intentaba hablar con ella.
