Melania era una corredora callejera. A menudo, la policía casi la atrapa, pero las calles pagaban las facturas.
Tenía conexiones. Le debía a su amigo un favor que terminó en Melania siendo capturada por el Soldado de Invierno y aterrizó en el radar...
Los agentes se apiñaron en el pasillo oscuro que tenía paredes derrumbadas a su alrededor. Todos dichos agentes tenían armas de fuego automáticas que estaban listas para disparar si algo sucedía.
Un hombre se destacó entre los agentes. Él mismo no sostenía un arma y tenía las manos entrelazadas a la espalda, demasiado lleno de sí mismo.
Miró a los dos agentes que estaban frente a quienes custodiaban una habitación, enviándoles un asentimiento en el que ambos regresaban. "Abra la jaula al activo STS: A59", ordenó en un inglés tosco, pero no se entendió nada.
La gran puerta de acero, oxidada pero reforzada, se abrió, liberando aire frío de la sala de temperatura inferior. Algunos agentes se estremecieron ante la sensación cuando entró el comandante jefe, y los agentes lo siguieron justo detrás de él.
Una mujer, que no podía tener menos de 22 años, estaba en el medio de la habitación, su cabello castaño caía sobre su rostro para ocultar sus rasgos.
Al oír el crujido de la puerta de metal al abrirse, su cabeza se disparó hacia arriba. Ojos dorados tenuemente iluminados los miraron fijamente, recorriendo a cada agente.
Los agentes no pudieron evitar dejar escapar jadeos y tragos inaudibles. Los ojos agudos sentían que serían capaces de atravesar sus almas.
Las cadenas la mantenían en su lugar, atravesando su piel en el proceso, la sangre goteaba en el piso que se podía ver. Un hocico apretado con agujas cubría la mitad de su rostro y esposas que cubrían la totalidad de sus manos.
"Es bueno verte de nuevo, Siren".
SALTO DE TIEMPO
"¿Podemos tener un perro?"
Ante la pregunta de Melania, las cabezas de Nico y Winter se dispararon. Winter le lanzó una mirada confusa mientras lo hacía.
"¿Quieres tener... un perro?", Preguntó con una inclinación de cabeza. Melania asintió mientras se ajustaba las botas de combate que tenía en los pies.
"¿Por qué no? Será algo bueno", afirmó, poniéndose de pie con las manos en las caderas. "Además, iba a conseguir uno de todos modos".
Melania hizo un puchero mientras miraba al asesino que la miraba de arriba abajo. Ya estaba vestida, casi como si supiera que podría ir de todos modos.
Winter gruñó mientras Nico maullaba en protesta. "Sabes lo que pasó cuando saliste la última vez", gruñó, mirando el reciente y desagradable recuerdo.
