Melania era una corredora callejera. A menudo, la policía casi la atrapa, pero las calles pagaban las facturas.
Tenía conexiones. Le debía a su amigo un favor que terminó en Melania siendo capturada por el Soldado de Invierno y aterrizó en el radar...
Esta vez, cuando Melania se despertó, estaba en la cama, con las manos levantadas sobre su cabeza de mala gana.
Incluso con los ojos abiertos, no podía ver nada frente a ella, casi como si todas las luces del mundo se hubieran apagado a su alrededor.
Moviéndose un poco sobre su espalda, tiró de sus ataduras, el sonido metálico de las esposas golpeando contra lo que ella pensaba que era madera o plástico duro resonaba por toda la habitación.
"¡Me estás jodiendo!", Siseó, tanto por el dolor como por la frustración. Pasó un tiempo después de que ella tirara para darse cuenta del dolor en su muñeca para hacerse notar.
Pasos sonaron al final del pasillo, haciendo que el corazón de Melania latiera con fuerza contra su pecho. ¿Cómo diablos podía olvidarse de la persona que la había secuestrado de su propia casa (a pesar de que él la salvó)?
La luz se dividió en la habitación oscura cuando se abrió la puerta. La luz cegó levemente a Melania, el brillo difería de la sensibilidad de sus ojos. Cuando sus ojos se nivelaron, pudo distinguir el familiar brillo de un brazo de metal.
La silueta del soldado se acercó. Por lo general, Melania se defendía con sarcasmo y actitud, pero ahora impotente, el miedo se apoderó de su columna vertebral.
La luz parpadeó en la habitación, ahora revela los rasgos de ella y del soldado. Sus tormentosos ojos azul océano la miraron fijamente. Haciendo caso omiso de su miedo, envió una mirada furiosa al asesino.
"¿Qué diablos quieres de mí?", Siseó, tirando de su muñeca contra las ataduras a pesar del dolor que soportó en ella. "¡Eres un maldito idiota!", Gritó.
Por supuesto, no obtuvo respuesta. Ella no esperaba una en primer lugar, pero algo en él simplemente parado allí, mirándola, sin decir nada, solo la puso de mal humor.
"¡Di algo idiota!", Gritó de nuevo. El soldado continuó mirándola por unos segundos más antes de darse la vuelta, pasos silenciosos pero pesados recorriendo el pasillo.
Melania echó la cabeza hacia atrás con frustración. Ella se haría cargo de la tortura por esto cualquier día. El silencioso soldado de fabricación rusa vería la caída que ella provocó si él no la hubiera causado.
Eso la hizo pensar. Desde la caída de SHIELD, había estado huyendo de todo. Ya sea AIM o Hydra. Demonios, incluso se escapó de SHIELD una vez cuando escuchó que se estaban reconstruyendo.
¿Me había estado siguiendo todo el tiempo? pensó. Otra cosa era que si lo estaba, ¿por qué diablos no la dejó en una de las bases ocultas que tenían? No tenía ningún sentido.
¿Quizás querían que él te entregara personalmente? declaró una parte de la conciencia, decidiendo hablar después de unas horas de silencio. Las palabras resonaron en su cabeza durante un buen rato antes de que el pensamiento y las voces volvieran a quedarse en silencio.
Mierda, argumentó otra parte de ella. No le parecía correcto. Nada de eso lo hizo. Con culpa en su tiempo libre, revisó los archivos de Winter Soldier que Steve le había enviado. Le lavaron el cerebro, ¿verdad? Y una cosa que sabía con certeza era que el Soldado del Invierno no salía a menos que fuera para matar a alguien.
¿Realmente le dirían que usara uno de sus coches o que matara a algunos de sus propios agentes? No, eso sería estúpido y un desperdicio.
Mientras Melania repasaba las teorías revueltas en su cabeza, el sonido de la protesta de un animal la hizo volver a sus sentidos.
Bucky, no, la silueta del soldado (tenía que recordar que había una diferencia entre los dos) volvió a aparecer. La única diferencia ahora era que su mano de metal sostenía algo en sus manos.
"¡¿Qué diablos estás haciendo?!", Preguntó asustada, instintivamente retrocediendo contra la cabecera, incluso si no podía moverse en absoluto.
Siguió acercándose, pero pronto, Melania llegó a reconocer a la pequeña criatura en sus manos. Los ojos verdes molestos pero muy abiertos con azul alrededor de las delgadas pupilas le devolvieron la mirada.
"¿Nico?", Gritó la mujer con confusión y alivio. ¿Se había olvidado por completo de su compañero felino? Su gato le gritó a su dueña, moviéndose hacia ella para soltarse del agarre metálico.
El soldado puso al gato en la cama junto a ella con un gruñido que podría asociarse con molestia. La miró por un momento antes de alejarse de la habitación, cerrando y bloqueando la puerta detrás de él.
Nico se dirigió al regazo de Melania de manera protectora, pero Melania se limitó a mirar la puerta con una mirada en blanco en su rostro, la boca abierta de par en par por su incredulidad.
