Una Segunda Oportunidad

Pesadilla

Era una mañana soleada y Juliana se encontraba acostada en su cama aún con los ojos cerrados a punto de caer nuevamente en un sueño profundo, todo gracias a las caricias que le proporcionaba la mujer que se encontraba a su lado sobre su rostro y su pelo

-Basta Val, harás que me quede dormida nuevamente y tenemos que arreglarnos para ir a trabajar- decía mientras intentaba luchar contra él sueño que nuevamente la invadía.

Podía decir que se sentía en paz y  feliz, tanto que no quería que todo eso cesará. Al abrir los ojos lo primero que vio fue a su hermosa rubia mirándola con esos preciosos ojos azules que tanto amaba

-Tranquila mi amor, aún es temprano- dijo la ojiazul mostrando una hermosa sonrisa

Ante esas palabras Juliana cambio de posición en la que se encontraba y se arrastró  hacía la rubia robandole unos cuantos besos y rodeando sus brazos alrededor de su cuello, recargó su cabeza contra su pecho y soltó un suspiro de satisfacción

-Te amo tanto Val, no sabes lo feliz que estoy de estar contigo-

-No agradezcas bonita, yo también soy feliz a tu lado. Eres todo lo que nunca pensé encontrar pero que apareció de la nada para iluminar mis dias. Te amo Juls, nunca lo olvides-

-No lo hago, espero que tampoco lo hagas- dijo mientras levantaba su rostro del pecho de la rubia. Al hacer aquel movimiento de repente todo se oscurecio y como si de magia se tratara ya no se encontraba más  en los brazos de la rubia

-¿Val?, ¿A dónde has ido? ¿Qué está pasando? - dijo de forma angustiada

A lo lejos escuchó la voz de su amada, sabía que le decía algo pero no lograba entender. Solamente podía visualizar una sombra que se alejaba poco a poco

- Vuelve Val, ¿que pasa?-

Después de varios intentos al fin logró escuchar lo que la rubia le decía

-Lo siento Juls, pero no podré estar a tu lado nunca más. El tiempo se acaba-

-¿De qué hablas?- preguntó la morena confundida

Juliana se levantó de la cama, e inmediatamente corrió detrás de la ojiazul para intentar alcanzarla mientras gritaba su nombre desesperadamente.

-¡Val! ¡No te vayas por favor! ¡Vuelve a mí!-

Por más que intentaba llegar a ella, no avanzaba nada, sus pies parecian estar clavados en el piso, quería mover sus piernas, pero estas no le obedecían

A lo lejos logró escuchar una voz, era totalmente distinta a la de la rubia. El tono con el que le hablaba estaba lleno de desesperación

-¡Juliana!, ¡Juli, despierta!-

-¿Eva?- Juliana abrió sus ojos abruptamente mirando confundida hacia la mujer que le acariciaba el rostro

-Juli, gracias a al cielo has despertado- suspiro Eva de forma aliviada

-¿Despertar? ¿Qué ha ocurrido?- dijo mirando a su entorno percatandose de que se encontraba en la cama de su habitación

-¿Cómo te sientes?- se escuchó una voz masculina que le preguntaba con un toque de preocupación

-¿Oscar?- la morena lo miró con mucha confusión cuando de repente todos los eventos del momento vinieron a su mente

-¡Val!, ¡¿Dónde está Val?! Dime que todo lo que me has dicho es producto de una pesadilla- decía la morena mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas

Oscar no podía emitir algún sonido ya que se le había hecho un nudo en la garganta al ver como se encontraba su amiga. Así que con un movimiento de cabeza negó que aquello fuera un sueño