Una Segunda Oportunidad

Te odio

Para Juliana, su día en el trabajo estaba resultando ser muy agotador y no precisamente por los pendientes que tenía, no...claro que no, la culpable tenía nombre y apellido y era Valentina Carvajal.

Desde que le dijo a Jeremy que Valentina se ausentaría ese día, su querido socio le había contestado que ella le ayudaría a terminar los pendientes que había dejado la rubia, claro, como si no tuviera suficiente con los propios.

Y era así que Juliana no tenía tiempo ni para respirar.

Como alma que llevaba el diablo Juliana entró a su oficina casi azotando la puerta. Algunos socios la miraban con sorpresa y otros con curiosidad, ya que nunca habían visto a Juliana actuar de esa manera.

~Pero ésta me las pagas Valentina Carvajal~ exclamaba la pelinegra furiosa mientras se sentaba en su escritorio y encendía su laptop.

~Y todo por andar con tu noviecita esa. Que irresponsable eres y lo peor es que yo terminé pagando, si antes te detestaba ahora me diste más razones para aborrecerte.~

~Ni aunque me des las gracias y me dediques esa sonrisa tan hermosa que tienes te voy a perdonar~ suspiraba frustrada

La pelinegra estaba tan concentrada tecleando en su laptop y maldiciendo a Valentina en voz baja que no se dio cuenta que su celular estaba sonando.

Reaccionó tiempo después y sólo porque el timbre del celular la estaba enloqueciendo.

~Maldita sea, espero que sea importante ~ dijo la pelinegra exasperada

~¡Hola!~ dijo de muy mal humor

~Uy Juliana tranquila, te noto alterada.¿Todo bien?~ dijo Sergio muy extrañado

~Oh Sergio, disculpa. Estoy teniendo un día horrible en la oficina. Juro que en este momento sería capaz de asesinar a alguien~

~Vaya, ¿pues que pasó? ¿qué te puso de tan buen humor?~ dijo su amigo de forma sarcástica

~Valentina Carvajal, ella pasó, no sabes cuanto la odio en este momento~

~¿Y se puede saber el motivo de aquél odio? ¿o es secreto?~ dijo el chico muy interesado

~¡¿Puedes creer que la tonta esa, dejo botado el trabajo de hoy por estar con su noviecita?! Y para mi mal Jeremy me pidió que terminara los pendientes de ella. !Como si no viera que estoy hasta el cuello con los míos!~

~Woow, deja ver si entendí. ¿Valentina tiene novia? ¿O sea que le gustan las mujeres?~

~Serg, ¿es en serio?, de todo lo que dije ¿solo me preguntas eso?~

~Perdón, me ganó la curiosidad.~

~Pues respondiendo a eso, al parecer sí. Le gustan las mujeres~

~Que envidia me da su novia, Valentina es una mujer hermosa, ¿o no piensas lo mismo?

~Jaa! Ya quisiera esa tonta que me gustará. Reconozco que es muy hermosa, sexy e inteligente pero es detestable, no soporto su pedantería~

Sergio soltó una sonora carcajada. Estaba seguro de que a Juliana posiblemente le molestara el hecho de saber que Valentina tenía novia y no tanto por el trabajo. Ella estaba acostumbrada a trabajar en exceso.

Esta situación se le hacia sumamente divertida. Le daba gusto saber que por fin Juliana le prestara atención a alguien más aunque fuera para discutir. Su amiga se merecía dejar de sufrir y encontrar la felicidad. Tal vez llevaría su tiempo y tenía la esperanza que en el fondo Valentina fuera esa mujer que le devolviera el brillo a sus ojos. Obviamente no se lo dijo ya que probablemente le arrancaría la cabeza cuando lo viera.