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La vieja cabaña en el bosque no ha sido un problema después de la muerte de la vieja que vivía en ella. Ya que los humanos prefieren no vivir en un lugar donde alguien murió.

Pero durante las siguientes dos semanas después de ver luz en ella, él alfa a estado alterado. Por eso estoy aquí vigilando.

Un gran camión estacionado esta siendo descargado, de el sacan cajas y muebles.
Personas por todo lados están acomodando.

La cabaña de dos pisos no es muy recomendable para vivir, la madera de la entrada está podrida, el olor a excremento de ratas y humedad es insoportable hasta para un humano, sin hablar del olor moribundo que dejo la vieja.

Arrugo mi rostro en una mueca de asco, con suerte se darán cuenta que la casa es una porquería.

Me largo, No creo que se queden más de tres meses.

La casa no ha causado problemas, los problemáticos son los adolecentes, cachorros maduros que aún no son capaces de cazar, con curiosidad pasan los límites del territorio a ver la cabaña.

Varías veces los e echo dar la vuelta.

Tengo que vigilar todas las noches la cabaña. Hasta que se les pase la curiosidad.
Entre los arbustos observo la cabaña, trato de vigilar el perímetro cada tanto.

Veo por la ventana una única persona. Él tiene un aroma sumamente extraño.

Dentro de la casa se escucha un molesto ajetreo.

La puerta es abierta bruscamente y de ella sale un esquelético perro corriendo.

__!Argos, ven acá ya. Su ronca voz eriza mi pelaje.

¿Argos? ¿Qué clase de nombre es ese?

El hombre en el porche de la casa, se rasca la nuca con cansancio y respira mirando al cielo, pidiendo paciencia.

No puedo ver los detalles de su rostro, pero lleva unos jeans, camisa a cuadros y ojotas.

Elevó mis cejas con burla.

¿Quién se pone ojotas cuando vive en el bosque?

Alguien que no quiere seguir en este mundo probablemente, hay varias especies de serpientes aquí.

El desobediente y abrumado perro lo ignora mientras huele todo a sus alrededor. Cuando el dueño da un paso, el perro sale corriendo eufórico con su cola meneándose mientras se introduce en el bosque, el hombre lo sigue con prisa.

Dios, no van a durar.

El ruido de sus pasos se alejan y me transformo. Al girar la perilla, el chirrido de la puerta me eriza la piel.
Mis pasos suenan en la vieja madera y trato de calmarme.

La temperatura cambia dramáticamente cuando entro, todavía hay cajas por todos lados.

Un pequeño salón es el primer ambiente al pasar por la puerta principal. Los muebles de están en sus sitios, pero están todo vacíos. Una estufa mantiene el sitio reconfortante, y el olor a comida casera invade mi memoria.

Desvío mi vista del horno y sigo derecho subiendo por las escaleras, un pasillo con tres puertas, dos de cada lado del pasillo y una al final, la paredes de color crema están adornadas de portarretratos vacíos y
La primera puerta abierta es la de la derecha, un baño bastante espacioso, con blancos azulejos, tan blancos qué sin duda han pasado horas tratando de sacarle la mugre que tenia, arrugo mi nariz al sentir el fuerte olor a cloro y productos de limpieza, me veo en el espejo que está sobre el lavamanos, mi cabello enredado cubre mis pechos, mi rostro esta sucio por la tierra y cicatrices cubren mi piel.
Ya no se cuántas son, las he dejado de contar.

Vivir con lobos tiene sus desventajas.

Salgo del cuarto de baño y me dirijo a la puerta de enfrente, una biblioteca con libro prolijamente acomodados me recibe, una taza de café frío es lo único que se encuentra sobre la mesa, sin contar con la lámpara y adornos. La alfombra es suave, y huele a limón, todo aquí huele bien. Me acerco a la mesa de oficina y abro el cajón, encontrando muchos papeles.

No es lo que busco.

Los pasos vuelven, mis ojos se abren y salgo sigilosa de la segunda habitación. Con manos temblorosas entro a la última cerrando al mismo tiempo que se abre la puerta principal.

La habitación del hombre huele como toda la casa, a limón, pero no le doy importancia. Me acerco a la ventana cerrada y trato de inútilmente de abrirla. Creo que el perro me ha oído. Lo confirmo cuando lo escucho subir corriendo por las escaleras.

-Argos ven aquí. La voz de hombre pone más ansioso al animal que trata de abrir la puerta.-¿pero que haces? Deja eso, vas a rayar la puerta.

¡¡la ventana no se abre!!

Acarició la cicatriz de mi cuello con estrés.

La única forma de salir es por la puerta principal.

Giró bruscamente el cuello en dirección a la puerta, el perro a parado y tengo el ligero presentimiento que no es bueno.

Los pasos que antes se encontraban dando vuelta por la cocina suben las escaleras, con prisa veo a donde esconderme.
La puerta es abierta y el dueño de la casa entra en ella cerrándola.

Helena.             ( Trilogia Fragancia De Amapolas)Where stories live. Discover now