27 - OTRO PERCANCE MÁS

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Taehyung se acercó hacia tu rostro con los ojos entreabiertos, pero, se detuvo al escuchar un sonido cercano.

El aullido de un lobo.

—Los lobos salieron de cacería —dijo Taehyung al levantarse de la hierba—. Necesitamos encontrar un árbol en el cual dormir. Magnus estará bien si lo dejamos, ya ha escapado de los lobos en varias ocasiones.

—Entiendo...

Le seguiste la corriente, aunque por dentro sentías un cosquilleo intranquilo e inexplicable. Una sensación que había surgido sorpresivamente en tu interior.

Taehyung se alejó entre la hierba, y tú lo perseguiste desde una distancia prudente. La luna brillaba en un cielo nocturno precioso, despejado, repleto de estrellas. Él se subió a un robusto árbol de corteza oscura, y te tendió la mano para ayudarte a subir. El árbol tenía varias ramas alargadas y acostadas, demasiado pegadas las unas a las otras, y ambos se acostaron encima de ellas con cuidado.

Sentiste las puntas de tus dedos rozar los pétalos de una pequeña flor, tenía cierta humedad debido al frío, al igual que las hojas del árbol, pero no era incómodo.

El cuerpo contra la madera.

Respiros lentos y calmados.

Soplido a soplido del viento.

El momento era perfecto en la naturaleza, y caíste dormida en un momento de quietud.

ღ ღ ღ

Llegaron a un reducido poblado después de haber avanzado casi todo el día, toda la tarde, y volvía a ser de noche.

—Este camino es una odisea. Una barbarie.

Lo dijiste agotada al caminar por tu propia cuenta entre la tierra lodosa del poblado rural, no te habías bañado desde hace dos días enteros, y no podías soportarlo, no lo podías soportar, el sudor, el calor, el hambre, la sed.

Tocaron puerta a puerta, pero todos los pueblerinos les dijeron que no podían ayudarlos. Estaban vaya que desesperanzados, y maldijiste en tu mente el día en que tomaste la decisión de visitar cada uno de los reinos de las tierras de Bangtan, pero... tampoco había sido tan malo ahora que lo pensabas mejor.

Un viejo hombre tuvo compasión de ustedes, y los dejó quedarse en su establo, y tanto Taehyung como tú le dieron las gracias con una profunda reverencia que él hombre les pidió que no volvieran a hacer, y entonces ustedes prometieron que no lo harían. Él viejo hombre les dio un cuenco de avena y les lleno una de las cantimploras con agua fresca, y tuvieron que compartirlo entre los dos.

—Recuérdame mandarle demasiado oro a este hombre una vez hayamos regresado a nuestro reino —le dijiste a Taehyung al llevarte otra bocanada de avena a la boca, y él te sonrió al quitarte el tazón para comerse lo que restaba de la cena.

—Te lo recordaré.

Taehyung lo dijo al dirigirse hacia una pila de heno, se dejó ir sobre ella plácidamente y preparado para dormir.

— ¿Y eso es todo lo que dirás? —le preguntaste al brincar de igual manera en el heno—. ¿No tratarás de tener una charla conmigo antes de dormir?

Taehyung se rio.

— ¿Tendría que hacerlo?

—Sí —dijiste. Aunque no estabas segura de tu propio comportamiento—. Estoy aburrida después del largo viaje, ese en el que no te atreviste a hablar conmigo, por todo el día.

Taehyung recargó su rostro sobre una de sus manos extendidas, su codo derecho recargado sobre el heno.

— ¿Sobre qué te gustaría charlar, princesa? —te guiñó un ojo.

Los Siete Reinos ♡BTS Y TÚ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora