~Hora del té~

Parte 20

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Entramos a aquella casa, vaya que era grande y se veía en buen estado a pesar de que hace años Mexico no vivía aquí. El chofer se estacionó en medio de aquel lugar Justo a un lado de la Fuente iba a bajar por mi cuenta pero alguien abrió la puerta.

Baje y empezaron a interrogarme cosa que no me agradaba pues yo solo era un invitado de aquel lugar pero no podía hacer nada pues como ya dije, solo soy un invitado.

No contestaba ninguna pregunta y segundos después escuché a Mexico gritar, esto llamo la atención de ambos y aquel señor que se mostraba tan amenazante pareció casi sudar, veía a Mexico con preocupación y solo se inclinó un poco hacia él como en mi país cuando la gente solía saludarse.

-Joven Mexico, un placer verlo por aquí- Su tono de voz cambio.

-Puta madre dejen de hacer eso!- Aquel señor solo se disculpo haciendo enojar mas a Mexico- Miren putos, yo ya cambié, no soy el mismo Niño fresa esta bien¿!? Así que dejen de hacer esto!

-Lo siento joven Mexico pero su padre- Fue interrumpido.

-No digas nada de mi padre solo... olvídenlo- Suspiro y extendió su mano hacia a mi- Nos vamos¿?- Yo tome su mano y nos fuimos siendo seguidos por el hombre que acompañaba a Mexico antes- Por favor Alejandro, deja de seguirnos- Dijo a lo que aquel hombre se fue.

Mexico me guió hacia adentro de aquella casa, bueno le pregunté y por lo visto es una hacienda. Caminamos solo por la parte de afuera para llegar a unas habitaciones, antes íbamos por dentro pero cuando pasamos por ahí las mucamas daban una pequeña reverencia con una cara de... miedo(?

Para mi esto era raro pues en primero el dijo que no le gustaba que nadie hiciera cosas por él o que fueran muy formales y en este lugar era lo único que se hacía. A mi no me importaba pues estaba acostumbrado a estos tratos pero él se notaba molesto por todo esto.

En fin, llegamos a una habitación un tanto grande pero el dijo que esa sería mi habitación, la de el estaba a un lado de la mía por lo que decidí acompañarlo.
Llegamos a su habitación y una cara de enojo apareció otraves.

-Les dije que no acomodarán!- Se quejó pero entró segundos después.

Empezó a revisar todo el lugar mientras yo me sentaba en la cama, en un buró parecía haber varías fotos las cuales el agarro y sonrió, por fin una sonrisa en lo que llevábamos de tiempo aquí.

Se acercó a mi y me empezó a mostrar cada una de las fotos, en todas estaba junto a su padre haciendo variedad de cosas, miraba y sonreía con nostalgia cada una de las fotos hasta que vio una de ellas y se levantó a dejar todas en el buró de nuevo guardando la última en un cajón.