R U mine?

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All I wanna ever say is, "Are you mine?"

Eda Yildiz no pensó que el dolor seria su constante sentimiento desde aquel terrible suceso, pero ahora Serkan estaba frente a Selin, tomando su mano con suavidad para preguntarle aquello que hace pocos meses le pregunto a ella. Su vida había pasado por varias fases de oscuridad y esa era una de las peores, desde que el avión no daba señales, su alma se quedó en pena mientras su cuerpo fingía funcionar con perfección.

Estaban tan cansada de las sonrisas falsas o de los golpecitos en la espalda, ya no lo soportaba y ni siquiera podía recurrir a la pistas de hielo. El puto universo se estaba burlando de ella, pues al parecer no le bastaba con convertir su mayor fuente de felicidad en un calvario, sino que ahora su alma gemela no la recordaba.

«Solo quiero volver a sentir el aire azotando mi rostro y mis pies deslizándose por el hielo»

—Él te recordará, Eda. Solo debes ser un poco más paciente—Piril, a su lado la miraba con pena.

La castaña estaba tan harta de la hipocresía. La pelirroja había estado consolando a Selin hace tan solo unos dias asi que solo soltó un bufido cargado de amargura y dolor.

—Tengo que irme—dijo guardando su celular con cuidado, ignorando las llamadas de su agente. Mary tenía que entender que no estaba en su mejor momento y que no quería aparecer en la portada de una revista que solo cubriría la mierda de su vida.

La gran patinadora y modelo, Eda Yildiz hecha pedazos.

«Oh, si esa seria una reveladora verdad»

Al salir de la cafetería vio a Serkan sosteniendo la mano de Selin con seguridad y eso solo destrozó su corazón un poco más. La rubia se encontró con su mirada y sonrió casi con malicia, arrastrando a Serkan con ella para demostrar un punto, por su parte él parecía sentirse incomodó con su presencia. Tal vez una parte de su interior se sentía arrepentido de haberle gritado en su oficina que era una simple desconocida.

—Eda.

Tan pronto su nombre salió de sus labios un grupo de paparazzis aparecieron de la nada enfocando las cámaras en ellos y lanzando flashes que le alertaban lo que sucedería después.

—Señorita Yildiz, Señorita Yildiz—las voces parecían ser aterradoras sin siquiera intentarlo—. ¿Es cierto que después de dos años al fin volverá a las pistas?

—¿Irá a Alemania para conmemorar el tercer año de muerte del joven Heinrich?—esta pregunta en particular la hizo temblar en su lugar e hizo poner a Serkan tenso.

—¿Se ha reunido con la familia Heinrich después de lo sucedido?

Selin se sintió ofendida cuando los reporteros pasaron de ella y de Serkan, enfocándose en Eda y su carrera profesional. Serkan por su parte se preocupó de la manera en la que Eda parecía estar a punto de colapsar y se encargó de anunciar que si seguian ahi en unos segundos él se encargaría de mover a ciertos contactos para perjudicarlos.

Eda se removió incómoda antes de sacar su celular e ignorar a la pareja para dirigirse a su auto, que al fin había llegado. El arquitecto la observó con curiosidad cuando ella comenzó a hablar alemán; parecía asustada e incluso unas cuantas lágrimas cruzaron su bonito rostro.

La tarde paso y después de alejar a Selin, le pidió a Engin un momento para hablar.

—¿Quien es Heinrich para Eda?—cuestiono con el ceño fruncido y al ver la reacción de su mejor amigo supo que la respuesta le sorprendería.

One Shots | SÇKWhere stories live. Discover now