Capítulo 36

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París

— No creo que mi hermano regresé con nosotras  — Dijo Helena mirando el plato delante de ella en la mesa, su mirada parece triste y sus ojos se llenaron de lágrimas al hablar  —Mi hermano no es malo, es mi trillizo, lo conozco y sé que no ha hecho nada malo, pero la policía a estado detrás de él acosandolo, como si fuera un asesino —

París bajó los hombros mirando a su alrededor pasando la mirada desde los sirvientes de pie a un lado de la mesa hasta los guardias en las puertas, el lujo y las comodidades del palacio es algo con lo que ella también creció al ser amiga de los hijos de la reina, por eso soltó un suspiro cortó su pedazo de carne y movió el tenedor hasta su boca.

— Yo estoy segura de que si vendrá con nosotras — Replicó soltando una pequeña sonrisa, tratando de no mostrar sus ansias  por verlo — Él vendrá Helena, lo conozco —

Helena se soltó el cabello dejando su amplia melena rubia suelta, al parecer tuvo un día muy estresante o quizá le coquetea a uno de los guardias.

— Lo dudo mucho, la muerte de esa mujer lo afectó demasiado ¿Lo sabes? Tía Celine tiene razón, él pobre tiene el corazón roto, no me agradaba esa mujer, y si, era preciosa, como una muñeca, pero era rara y extraña, a veces daba miedo, pero mi hermano, dios, la adoraba —

París dejo de masticar y apretó su tenedor con fuerza, jura que hasta sintió una patada del bebé por culpa de los celos.

 — No crei que esa mujer que casi lo mata, fuera tan importante para él —

Helena frunció el ceño y yo un pequeño sorbo de vino, a escondidas de sus padres.

— Nadie lo creyó, mamá y yo creíamos que ellos se odiaban, ella era tan fría y Christian estaba furioso con ella, creí que la odiaba — Dijo con una pequeña sonrisa — Hasta que un día abandono el palacio, dejó su puesto en el Parlamento y se fue a Egipto a seguirla. ¿Acaso eso no es romántico? Ojalá algún día un hombre haga eso por mi —  

Helena puso sus codos sobre la mesa emocionada por seguir hablando con un rostro soñador, todo estaría bien, sino fuera porque Paris siente unos celos terribles.

— Piénsalo Paris — Continúo su amiga — Dejó su posición, no le importo dejar su puesto en el trono, abandonó la comodidad del palacio y se fue como un viaje detrás de ella...—

Sin poder soportarlo más, golpeó la mesa con fuerza.

— ¡Y me dejó embarazada! —  

Helena no mostró ningún sentimiento, se recargo en su asiento y se aclaró la garganta.

— Diselo Paris, tienes que decírselo —

— ¡¿Para qué?! ¡¿Para que me abandone siguiendo el recuerdo de esa mujer?! Prefiero quedarme con el bebé yo sola — Replico llena de coraje — Christian es un hombre con desdén, frío y calculador ¿Creés que sería buen padre? Lo dudo. No siquiera me quiso a mi ¿Creés que querrá al bebé? —

París se puso en pie tratando de tomar su bolso pero está demasiado nerviosa, al final dejo que las lágrimas salieran por sus mejillas y se pasó la manos por el cabello.

— Mi hermano no es el mejor Paris, ha cometido muchos errores, y si te dejo, pero has lanzado ofendas en su contra, Christian solo muestra sus sentimientos con mamá — Helena la miró a los ojos — No lo perdono por lo que te hizo, pero dale la oportunidad de ser diferente con el bebé. Christian es un ser maravilloso, apasionado y el más fiel amigo, él será un buen papá, solo déjalo serlo —

Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)Where stories live. Discover now