Capítulo 5

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Christian

— ¡Dios cariño! ¿Acaso quieres hacer las mismas locuras que tu papá? — Su mamá se alejó un poco para verlo con ojos burlones — Dejame decirte que él sólo se lastimó el brazo pero tú pareces frankenstein con ese chichón en la frente —

Christian se quejó un poco del dolor y rodó los ojos enojado al ver como su mamá se burla descaradamente de él, pero es que sus risas se escuchan por toda su habitación en él palacio de Buckingham.

— No es gracioso mamá — Le dijo tocándose la herida de la frente, hasta en los brazos y en las mejillas tiene cortes causados por caer entre los rosales — Me duele terriblemente la herida y creo que tendré jaqueca toda la noche y eso me hace estar de muy mal humor —

Su mamá se mordió el labio para no reír y se acercó para ponerle una bandita justo en la herida de su frente, así como cuándo era pequeño.

— Pues si tendrás un dolor terrible y eso te pasa por seguir  las ideas locas de tu papá, pero espero qué aprendas que a las  chicas se le conquista tocando la puerta de su casa, no entrando por la ventana como un maldito ladrón — Su mamá se inclinó y lo con fuerza de las mejillas para darle un sonoro beso en la — Christian a las mujeres se les conquista empezando por no ser un bruto —

Cerró los ojos adolorido y se tocó la herida en su frente, es tan terrible y los rasguños son tan aparatosos qué su sesión de fotos para la famosa revista londinense será un fracaso y un príncipe siempre debe verse perfecto, así cómo se ve su papá en cada ocacion.

Sin embargo, tomo asiento en la cama de su mamá cabizbajo para ocultar su mirada furiosa, ninguna mujer lo había tratado tan mal y eso lo hace sentir extrañamente furioso.

— ¡Esa maldita perfumista le puso algo al perfume que le pedí! — Dijo con rabia poniendo las manos en puño — ¡¿Qué demonios fue lo que le hice para que se portará así conmigo?! —

Su mamá se quitó los guantes, movió su cabello rubio soltando un suave perfume y tomó asiento a su lado en la cama 

— Supongo que nada cariño, pero esa niña siempre estuvo enamorada de ti, dios, cada vez que viene con tu hermana se desvive mirándote — Su mamá le sonrió mientras le acaricia el cabello — Tú eres una mor Christian, eres precioso y aunque la opinión de Londres diga lo contrario, eres un caballero y esa chica lo que está haciendo es llamar tu atención —

Christian frunció el ceño confundido sin entender las palabras de su madre.

— ¿Mi atención? Paris es precios, no necesitaría hacer eso para que le preste atención, la miro cada vez que viene a los jardines — Dijo desviando la mirada hacia los grandes ventanales del palacio, aquellos donde toma asiento y mira hacia abajo para ver a una chica entre los jardines — Por culpa de ella siempre llegó tarde a las reuniones de papá —

Su mamá se cubrió la boca para no reírse tan fuerte o asustaria a los pobres sirvientes.

— Lo se, por eso siempre te sientas en la ventana para mirarla, pero tú tienes novia, y a veces las chicas nos entendemos las indirectas — Su mamá lo miró con malicia en los ojos, divertida y juvenil, — Ve con ella, pero sin molestarte —

— ¡Pero estoy furioso! — Replicó con coraje llamando la atención de los asesores.

— Pues no lo estarás — Le dijo su mamá tomándolo de la barbilla con fuerza — Ve, invítala a comer como un caballero y sorprendela, hazle creer que un horrible perfume no te afectó y así cariño, la tendrás rendida a tus pies, demuéstrale que nos eres ese mujeriego que dicen en Londres

Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora