Capítulo 22

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Paris

Paris se miró delante de aquel gigante vitral del parlamento, es tan amplio qué puede vislumbrar su curvilínea figura mientras a lo lejos observa a los invitados de la fiesta, esos invitados fascinados lucen felices, bailan y están enamorados junto a sus parejas y ella...está más sola que un perro

— ¡Maldito sea el amor! — Dijo en un suspiro mientras se acomoda un mechón de su cabello — Última vez que te enamoras Paris, dios, pero siempre me veo detras de un hombre como gorda en tobogan o cómo mi tía Celine detrás de sus novios  —

Dejo de mirarse con detalle y se recargó en el barandal de la escalera para ver desde arriba la fiesta. Él parlento esta lleno de personas y el interior brilla como el oro desde sus grandes murales hasta sus distinguidas pinturas qué adornan sus paredes, sin embargo, las personas muestran sus mejores vestidos y todo sería cómo un baile de un cuento de hadas, si tan solo aquél hombre que la hace aferrarse a las sábanas estuviera aquí.

Se seinte tan sola que no le encuentra el lado feliz a la fiesta.

Se supone que Christian debería de estar aquí, con ella, amandola y presumiendo su amor delante de todo Londres, pero no contesta sus llamadas, no le habla y desde que decidió no casarse con ella a estado muy extraño.

Distante y frío, pensativo y alejado.

¿Y si él se esta enamorando de otra mujer?

Según su detective privado de la realeza, quiere decir su tia Celine, al príncipe siempre lo ven en la casa de la hija del primer ministro.

Llena de coraje, apreto sus manos en el barandal, respiró y trato de concentarrse en ella misma,  lleva un buen maquillaje, su cabello está perfecto, pero...su corazón esta tan roto que está noche sus ojos no brillan de felicidad, y si por ella fuera, se encerraria en el baño a llorar.

Y aunque su madre le enseñó que las mujeres se limpian las lágrimas, se maquillan y disfrutan de la vida, se quitó una pequeña lágrima y caminó hacía la fiesta llena de confianza.

Al llegar al baile pasó la mirada esperando encontrarse con esos ojos azules que tanto le gustan, pero lo unico que sintió fue una fuerte mano en su espalda y vio unos espesos ojos cafés que la miran con detalle mientras la  confucen hasta la pusta de baile.

— No quiero bailar contigo — Dijo llena de furia tratando de soltarse del agarre de ese hombre — No me interesa bailar contigo Connor, de hecho sería bueno que también te alejes de mi padre ¿Querías hacerle saber a todos que soy una mala abogada? Ya lo hiciste, ahora déjame en paz una maldita noche —

Connor no la alejó, sólo la apretó más fuete contra sí y siguió los pasos de baile al igual que las  demás parejas.

— ¿Lo siento, esta bien? No eres mala, eres la mejor, eres la unica abogada que me hizo sentir miedo al verte junto al juez, me hiciste sentir inseguro de mi inteligencia y no debí haberte llevado flores aquella noche — Dijo tratando de sonar sincero mientras sus fuertes manos se aferran a su pequeña cintura — Lamento mucho si te cause algún problema —

Paris lo agarró de la camisa llena de coraje y lo fulminó con la mirada.

— ¡¿Entonces porqué lo hiciste?! Era demasiado claro que mi prometido se molestaría — Dijo con coraje, pero con la voz entrecortada porqué esta muy sensible — ¡Por tú culpa no me casare! —

Connor carraspeo nervioso, quiza lo último que esperaba era verla al punto del llanto, en realidad nadie nunca a visto a la dura abogada del parlamento a punto de llorar, pero ha estado demadido sensible todos estos días, así que al sentir los ojos llenos de lágrimas, paró de bailar y se pasó el dorso de su mano por las mejillas.

Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora