Capítulo 11

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Christian

— Vaya que esa mujer te pego bastante fuerte, dios, son de esas bofetadas que jamás se olvidan — Su papá se puso delante de él examinandolo con la mirada — Creo que te movió un poco la mandíbula, quedaste algo más feo, como los monstruos que te describía en los cuentos —

Christian se levantó de inmediato de su asiento para mirarse en el espejo, se pasó los dedos por toda la cara buscando alguna imperfección, pero su papá soltó una par de carcajadas que se escucharon por toda la sala de estar del palacio, sin embargo, todos tienen razón,  esa mujer lo golpeó tan fuerte que no puede mover bien la mandíbula.

— Tengo un golpe horrible — Dijo con alarma buscando entre los medicamentos de su madre — ¡¿Qué haré?! Mañana es mi debut en el parlamento, la prensa me comerá vivo —

Pero su mamá que hasta el momento había estado arreglandose para una fiesta, lo volteó a ver mientras se pone sus costosos pendientes, esos que brillan bajo la luz de las lámparas de araña, y la hacen ver como una diosa.

— Vas a sobrevivir Christian y ese golpe te sirve de recordatorio para ser más precavido al manejar, además, te lo mereces  por estar coqueteando con la hija de William y tener novia, deja de jugar con esa chicas — Le dijo su mamá con las manos en la cintura — Sino terminas a Rose, yo misma la enviaré lejos, pero antes debo asegurarme que jamás vuleva a molestar a Andre

Su papá solto un suspiro, dejó de buurlarse de él y se acercó para tomarlo de la barbilla, así como cuando era pequeño y odiaba que alguien le hiciera daño, lo dice porque frunció el ceño molesto.

— Lo entiendo y quizá si te lo mereces, pero nadie tiene el derecho de golpear al hijo del rey 

Su mamá les arrojó un cojín golpeando los fuertemente, como si quisiera hacerlos reaccionar, pero después los fulminó con la mirada.

— Basta de decir estupideces Alexander, tu hijo casi mata a la hija del primer ministro, esa mujer tenía todo el derecho y tuvo suerte, yo lo habría matado  — Dijo con molestia mientras se pone las altas zapatillas y frunce el rostro porque tener un vestido y estar embarazada no es fácil — ¿Qué hubiera pasado si la hubiera matado? —

Su mamá sentimos el vientre con cierto dolor, avento lejos a su papá de un manotazo, y tomando las riendas de la situación, lo tomó de la camisa y lo fulminó con la mirada.

— Irás a la casa de esa joven, preguntarás cómo sigue, si necesita algo y le llevarás estos medicamentos — Su mamá lo miro fulminante haciendo puño sus manos en su camisa— ¿Verdad, que lo harás Christian?

— Claro mamá, te ves muy bonita molesta, por cierto —

Christian beso a su madre en la frente, se acomodó la camisa y se puso el suéter que un sirviente le dio, según su madre, para hacerlo  lucir más angelical y que esa mujer no quiera matarlo. Después de que su mamá hasta le limpió el golpe con un poco de saliva y le aplicó algo de maquillaje, porque es su costumbre y embarazada no la puede contradecir.

Christian manejo hasta la casa del primer ministro a las afueras de Londres, ese lugar es algo atemorizante, la casa está junto a un acantilado, quizá tiene unas hermosas vistas, cubierta de grandes árboles, con el aire fresco y llena de agentes de seguridad, pero la casa de aspecto victoriano tiene un aura de...misterio. Despues de que estacionó su auto, uno de los sirvientes le dio un pequeño paseo por los pasillos llenos de reliquias, como si fueran cosas de otro mundo.

La sirviente lo dejó esperando en el recibidor, un lugar oscuro y repleto de cosas egipcias, y su mirada curiosa descubrió una cosa monificada dentro de una vitrina, algo espeluznante y parecido a los cuentos de su papá, no dudo en acercarse ni un segundo, pero una fuerte voz lo detuvo.

— ¡Alejate de ahí! — Dijo la pobre chica atropellada, acercándose con un par de muletas, para golpearlo con una de ellas y hacerlo retroceder — Odia que la molesten —

Christian elevó la ceja divertido, quizá esta chica quedó loca por el golpe. 

— ¿Te refieres a esta cosa? ¿Esa cosa se molesta si la toco? —

Pregunto con burla, casi soltando una carcajada, pero esa extraña chica solo se acercó y se puso delante de la vitrina con coraje.

— ¿A que veniste? — Preguntó com seriedad — Creí qué mi madre había arreglado las cosas contigo y a mi padre no me interesa nada de su dinero —

Christian se alejó de las cosas raras y se acercó a la ventana para tener luz porque la sala es bastante oscura, pero levantó la mirada y fijo sus ojos en esa joven, su cabello rubio llega hasta su cintura, es delicada, pero tiene unos ojos que no parecen ser de este mundo, qiiza utilice pupilentes, porqué tiene un color dorado, pero parece tener una mirada llena de fuerza y claro que está golpeada, mucho para ser claro, pero finge muy bien.

— Solo quería verte — Dijo después de un momento de silencio —  Lamento muchísimo haberte golpeado con mi auto, se que pude haberte matado... —

— Quizá debiste hacerlo — Lo interrumpió con voz baja.

— ¿Qué? —

— Nada que te importe — Dijo con sequedad y cierta molestia, como si hablar con el fuera bastante aburrido — Creó que debes irte, me estas aburriendo y tengo muchas cosas que hacer —

Christian se sorprendió de su poco tanto y brusquedad, se puso en pie y la tomó del brazo para acercarla mucho más, incluso se  tomo el atrevimiento de tomarla de la barbilla.

— Tengo unos medicamentos para ti, creo que podrían servirte para todos los golpes que tienes en el rostro —

— No me interesan — Contesto con sequedad caminando con sus muletas hasta la puerta de entrada y abriendola de un solo golpe — Vete, y procura no atropellar a nadie más y vete y no vuelvas, eres soso, aburrido y tu imagen de principe encantador me parece nefasta, adiós Christian —

Paris

Paris soltó un suspiro de enamorada, después de ver como su hermana London se quedó dormida mientras le platicaba sobre su amor plástico por Christian, Paris se dio cuenta que no podía dormir, las sábanas le picabany hasta la respiración de su hermana le molestaba, así que se levantó a medianoche, tomó su auto y manejo hasta el palacio para esconderse entre los jardines de la reina, pero si sus padres encuentran su cama vacía la matarán de un regaño y ahora si la encierran en una torre.

Quizá lo único que necesita para dormir es un beso y eso se merece cualquier regaño, incluso el peor. 

Camino entre los jardines sintiendo las flores por su cuerpo porque solo lleva su delicada pijama, pensó que estaría aquí sola como loca, pero cuando  cuando lo vio tambien ocultó entre las flores, mirando el cielo como si intentará buscar la respuesta a algo, tomo valentía y se acercó hasta Christian tan fuertemente qué lo hizo caer al suelo.

No hubo palabras, ambos lo saben porque los guardias podrían descubrirlos, lo bio sonreír y poner sus manos en sus cintura, para pegarla más a su cuerpo.

Pero ambos no dejan de mirarse, es como su lugar secreto, algo que es solo de ellos, no sabe si es el éxtasis del momento o es el olor que desprenden las flores, pero algo la ánimo a levantarse la pijama y mostrar su desnudez para él. 

Y ambos entendieron, antes de unirse en un apasionado beso, que esa noche sería mágica y simplemente gracias al mágico perfume de esas rosas.

Nota de la autora

No cabe duda que esa rosas si tiene un olor mágico, jajajaja a nuestro William no le gustara para nada saber que su pequeña bebé perdió la inocencia en una jardín.

JAJAJAJAJAJAJAJAJA

Dios, este drama se está poniendo bueno 😙🙂😙🙂😙😙🙃😙

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Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora