Una Rosa De París (Saga Las Perfumistas Parte 3)

Capítulo 8

Paris

Paris parpadeo varías veces cómo si no creyera que un guapo hombre está de pie junto a su puerta y con un ramo de rosas tan grande que apenas puede tomarlo entre sus manos, se quedó callada un momento tratando de pensar pero cuando el aire regreso a sus pulmones, tomó el ramo de rosas y sonrió amablemente. 

— Esta es una oferta muy amable y me encantaría capetarla ......, pero solo por esta noche debo declinar su invitación, pero me encantaría salir con usted cualquier otro día —

Ese hombre frunció el ceño confundido mostrando sus hermosos ojos color arena.

— Pero su madre me dijo que podría salir contigo hoy después de las 8 p.m. —

Paris abrió los ojos horrorizada y negó con la cabeza, otra vez su mamá con sus bromas, así que se puso de puntillas y le dio un sonoro beso a ese hombre en la mejilla.

— Mi mamá ha estado un poco confundida... — Trato de decir mientras espera pacientemente el momento para poder irse — Pero cualquier otro día podría salir contigo, hoy me es imposible....tengo que ir a misa, nos vemos —

Paris se puso de puntillas para mirar sobre el hombro de ese hombre, pero al no ver a nadie escondido entre los jardines salió corriendo como alma que lleva el diablo, olvidó las zapatillas, olvidó que aún no se maquillaba por completo, hasta olvidó que aún estaba en pijama, sólo corrió por los jardines de su casa con el ramo de rosas abrazado a ella.

¡¿Y su caballero?!

Llegó hasta la acera de la calle sintiéndose la peor persona del mundo, tiene el pecho agitado y las manos temblorosas mientras mira a todos lados buscando a ese príncipe.

— ¡Me acaban de dejar plantada en mi cita! — Dijo mientras la lluvia arruina su cabello — ¡Es el peor día de toda mi vida! —

Pero cuándo estuvo a punto de regresarse a su casa, un auto pasó fuertemente por la acera de la calle llenandola de agua, está tan mojada que su noche está arruinada y cuándo se limpió el agua sucia de la cara con el dorso de la mano, otro auto se detuvo con calma y bajó la ventanilla del auto.

— ¿Paris? — Le preguntó esa voz con cautela — ¿Paris que haces aquí afuera? —

Paris bajo su mirada mientras se quita el agua de los ojos para poder ver con claridad cómo Christian la mira desde el auto con el ceño fruncido, pero Paris se aferró a la puerta del auto y acercó su rostro.

— ¡Pensé que te habías ido al ver a ese chico en la puerta de mi casa! —

Christian apagó su auto y soltó una fuerte carcajada.

— ¿Cuál chico? De hecho pensé que era el novio de tu hermana London — Dijo con total confianza — Yo solo vine por mi auto porque empezó a llover y no quería que te mojaras, pero saliste corriendo y ahora estás empapada —

¡¿Qué?!

Paris respiró rápidamente y lo miró a los ojos con cautela.

— ¡¿Entonces no ibas a dejarme?! — Preguntó exaltada y temblando de frío, pero ese hombre no hace más que burlarse de ella, así que se metió lo suficiente por la ventanilla para golpearlo en el pecho con el ramo de rosas

— Claro que no iba a dejarte Paris, tú papá casi me mata — Dijo lleno de burla con esa amplia sonrisa que siempre es estelar en todos los eventos de Londres — ¿Creés que arruinaría la única oportunidad que me dio para salir contigo? Claro que no, sólo quería acercar mi auto hasta la entrada de tu casa, pero vamos mujer, entra o te vas a morir de frío —