—Extraño a Yang noona —susurró con un puchero, caminando por toda la sala del primer piso, sin ningún rastro de alguna persona.

Ya había terminado de arreglarse, se había puesto unos panatalones de vestir color beige junto a una camisa blanca y chaleco tejido color cremita con algunos garabatos en él. También se había maquillado un poquito, solo algo de colorcito en sus labios, un natural rubor y algo de brillo en su rostro.

Precisamente hoy era el día libre de los trabajadores de la casa, a excepción de los escoltas que rodeaban el área, pues para ellos no había día de descanso pero su paga era mas elevada por lo que sabía. Jungkook pagaba sin rechistar una gran cantidad a los escoltas con tal de que protegiaran con su vida a su esposo Jeon Taehyung.

Miro la hora en su celular, según sus cuentas, Jungkook debería estar llegando en cualquier momento.

—Ya no aguanto... —habló con inquietud, mordiendo sus uñas ante lo nervioso que estaba por aquella importante platica en la que había puesto todas sus ilusiones y esperanzas.

Como si algún ser divino lo escuchara, se escucho uno de los autos de Jungkook y mucho movimiento fuera de la casa, por lo que supuso que su amor ya había llegado.

Muy emocionado camino hasta estar cerca de la puerta, donde segundos después entro Jeon vistiendo aquel pulcro traje y su semblante serio, el cual cambio a una sonrisa al sentir un pequeño cuerpo abrazarlo.

—Te extrañe mucho koo —susurro Taehyung escondido en su cuello, Jungkook lo rodeo también con sus brazos y dejo un besito en los cabellos castaños—. No me gusta que te vayas cuando es el día libre de Yang noona, me siento solo y te extraño el doble. —habló triste, escuchando la risita que solto el pelinegro.

Jungkook tomó el rostro de su niño y lo separo de su cuerpo, para así inclinarse y besarlo con mucho amor unos cuantos segundos.

—Lo siento mucho, amor —susurró sobre sus labios, dejando un besito más en estos—. Fue algo de urgencia, pero ya estoy aquí, perdóname por dejarlos solitos —se disculpo, arrodillandose para estar a la altura del vientre hinchadito que era ocultado bajo la camisa y el sueter—. Hola, mi amor —saludo a su hijo, dejando un besito sobre las prendas y sacándole una sonrisa a su esposo.

Taehyung tomó el rostro de Jungkook entre sus manitas, este se puso de pie y no dudo en volver a unir sus labios, esta vez el beso durando un poco más, el castañito acariciando con sus pulgares gorditos las mejillas blanquecinas del mayor.

Él menor se separo con un suspiro, sin soltar el rostro de su amado—. ¿Qué es lo qué querías hablar cuando llegaras, koo? —se atrevio a preguntar, y la sonrisa de Jungkook decayó al escucharlo, cosa que confundió a Taehyung.

—Podemos dejarlo para otro día... vamos a dormir, cariño —dijo, tratando de evitar a toda costa el hablar sobre el tema el cual lo venía martiriando desde hace días.

Por la mañana estaba seguro, una pizca de voluntad había llegado a él, haciendolo convencerse de que era tiempo de contarle a Taehyung sobre el acuerdo que había hecho con Jasha. Es por eso que se había ido sin decir nada, por que sabía que si veía el rostro de su niño jamás podría confesarle aquello, cosa que estaba pasando en este momento. Taehyung lograba ponerlo demasiado sublime y débil.

—No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy —contestó Taehyung con una sonrisita, picoteando con su dedito la nariz del más alto.

Jungkook suspiro y logró relajarse ante la presencia de su pequeño. No esperaba nada, sabía que probablemente la reacción de Taehyung no vaya a hacer la mejor, así que esta preparado para cualquier cosa.

love decisión ✧ kooktaeWhere stories live. Discover now