love decisión ✧ kooktae

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Taehyung estaba nervioso, asustado, confundido.

Su esposo llevaba varios días muy... extraño. No entendía nada, de principio supuso que Jungkook solo estaba pasando por malos días, es por eso que inetentaba animarlo con mucho amor, haciéndole junto a la señora Yang ricas comidas o permitiendo que el pelinegro se recostara en su vientre algo durito por su embarazo.

Jungkook últimamente tenía la costumbre de recostarse en su pancita de 3 meses recién cumplidos, hablar con el bebé o con él mismo y decirles lo mucho que los ama. Incluso, hace dos días su esposo había llorado mientras hacía aquello, obviamente le había preguntado por que, a lo que Jeon solo respondio que se encontraba demasiado sensible por lo feliz que le hacía la idea de tener una familia. Aquello no lo había convencido del todo,  pero no quiso interrogar más para no incomodar a su pareja.

Volviendo al presente, estaba demasiado inquieto, Jungkook había salido por la mañana sin si quiera despedirse, solo dejándole una nota que al regresar, quería hablar con él de algo muy importante, solos en el despacho.

Tal vez, solo tal vez... también estaba algo emocionado. Desde que había tenido aquella platica con su esposo en la cual este le había prometido que vería la manera de salir de ese mundo y vivir una vida normal, esa ilusión se había mantenido en su pechito, esperando el día que sea cumplida para ser felices ellos dos, su hijo, y tal vez los futuros que vengan. Y estaba emocionado por el hecho de que algo en su interior le decia que de eso se trataba el tema, pero... también algo lo tenía inquieto, como si fuera pequeños piquetitos en su corazón. Un mal presentimiento.

No quiso hacerse ideas de más, mantuvo su mente positiva a que lo que hablarían sería algo muy bueno.

Se encontraba acostado en la gran cama de su habitación, pensando en aquel tema mientras brindaba caricias a su vientre durito. Sonrió, definitivamente tenía la esperanza de que hoy sería un gran día.

—Hoy tal vez nuestra vida va a cambiar, mi amor —le habló a su bebé, sonriendo en grande debido a la ilusión que crecía en su pecho al pensar que junto con su esposo por fin saldrían de aquel horrible mundo—. Tu papá koo nos pondrá a salvo —sonrió, sintiéndose muy feliz.

Con la felicidad por todo su ser, se puso de pie y fue a su armario a preparar ropa linda, quería ponerse muy bonito para cuando su esposo llegara a casa.