Capitulo 18: La familia real ha vuelto

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Ken cruzó miradas con Aylin, y al estar aún con su mente algo revuelta no era capaz de acercarse a ella. Así que ante la inacción de Ken, ella misma se va acercando, pero a diferencia de las demás veces, iba a paso lento. Ella sentía algo diferente, incluso más de lo que ya sentía al estar con él. 

Pero de un momento a otro, Ken cae al piso. Eso despertó un poco a Aylin quién aceleró el paso abruptamente para ir en ayuda de él, al que cuando vio a los ojos, se paralizó. Al verle sus ojos color rojizos, no solo sintió una profunda preocupación, sino que empezó a sentir que todo el mundo a su alrededor daba vueltas, mientras veía una gran cantidad de recuerdos que ella realmente nunca había vívido, 

Incluso dentro de estos recuerdos, se encontraba su pequeña hija Katherine, pero que a pesar de sentirse exactamente igual que cuando ve a su hija, no era del todo lo mismo. Era un sentimiento de profundo sentimiento de desconsuelo y cólera. Hasta que por fin recordó lo más importante. Su nombre.

—¿Touka Kirisihima...? Y-Yo soy... ¡Yo soy Touka Kirishima! —al escuchar eso, Ken suelta una pequeña risa, lo que llama la atención de Aylin, quién lo vuelve a mirar, y al hacerlo, ya no ve el Ken que conoció hace unos días, sino que uno diferente. Eso la hace retroceder unos centímetros para luego, con su entrecortada voz decir— ¿Tu...? ¿Eres tu... Kaneki?
—S-Supongo que sí... —suelta otra risita— Al parecer ya despertamos...
—E-Entonces... Si tú eres él... Y yo... Y yo soy Touka, t-tu esposa... —al decir esa palabra, sus mejillas se ruborizan— ¿Katherine es...?
—Si, lo es.  —suelta un pequeño suspiro— Pero creo que ella siempre lo supo...

Mientras todo esto ocurría, muchas personas se empezaron a acercar a donde ellos se encontraban, por lo que ellos se pusieron rápidamente de pie, y para sorpresa de Ken, los ojos de Aylin había tomado un color rojizo, ignorando que los suyos estaban igual. Así que se le acercó a su oído y dijo —Baja la vista... Tienes los ojos rojos—,  ella avergonzada lo hace, sin antes avisarles que el también los tenía igual, por lo que ambos terminaron cabizbajos.

Y juntos con su cabeza agachada,  pidieron disculpas a quienes se habían acercado, argumentando que solo fue un pequeño desliz de ambos, pero que se encontraban bien. Y en eso, se les acerca la pequeña Katherine —Má... ¿Te ocurre algo?—, a lo que Aylin solo negoó moviendo la cabeza y evitando el contacto visual con su hija.

—Katherine, debemos irnos a casa. —musitó Aylin— Se nos presentó un problema.
—¡Pero má! ¡No hemos comprado nada aún! —alegó la pequeña Katherine—.
—Lo siento, mañana vendremos de nuevo y compraremos algo —toma de la mano a Katherine— Lo prometo.
—Esta bien... —responde apenada la pequeña Kathe'—.

Mientras se marchaban del lugar, por delante de ellos pasó alguien que les tornó la piel de gallina a ambos adultos con su mera presencia. Era un hombre vestido totalmente de negro junto a un maletín blanco. 

—¿Sentiste ese olor...? —murmuró Ken a Aylin— Me resulta similar.
—S-Si... Me recuerda al... Al CCG con... Con sus Quinques... —respondió casi tan bajo como Ken—.
—Si, pero eso es imposible, han pasado muchos años. Deberían estar todos muertos. —tomo un poco de aire y volvió a hablar— Larguémonos cuanto antes.

Así lo hicieron, y en cuestión de media hora, se encontraban de vuelta en casa. En ella, ambos tomarían un pequeño descanso en uno de los viejos sillones del departamento. Ambos se miraban y aunque deseaban decir algo, realmente no tenían la menor idea de que decir, ya que todo esto era algo sumamente loco. Esto lo notaría la pequeña Katherine y sin pelos en la lengua preguntaría el porque de sus silencios.

—Mamá... ¿Ustedes dos discutieron?
—¿Qué? Ah, no hija, no lo hemos hecho. Solo... —respondió nerviosa Aylin—.
—Katherine, puedo hacerte una pregunta —preguntó Ken con un tono serio en su voz, mientras que Katherine solo asiente con su cabeza— ¿Te suena de algo el nombre... Sei? —al escuchar la pregunta de Ken, Aylin le da un pequeño codazo junto a una mirada algo enfadada—.

En ese preciso momento, Katherine queda en un completo shock e incapaz de pronunciar ni la más mínima palabra. Ese nombre era el que ella siempre recordó cómo su nombre, el cuál solo conocía su madre probablemente una parte de sus compañeros y profesoras. Por lo que el que Ken lo dijese tomó con absoluta sorpresa a la niña.

—¿C-Cómo conoces ese nombre..? ¿Acaso usted...? —preguntó Kathe' mientras su cuerpo empezaba a temblar—.
—Katherine... Creo que, tu y yo ya nos conocíamos. ¿No es así... Hija? —al escuchar que Ken le llamó hija, Katherine se largó a llorar y abrazó a Ken— Tranquila... Hemos regresado... Estamos aquí de nuevo, mi pequeña Sei. Y te prometo que nunca más nos distanciaremos.
—¿L-Lo prometes...? —Ken asiente con su cabeza— P-Papá... ¡Te extrañé muchísimo!

Aylin, quién miraba estupefacta la escena, y aún confundida por todo lo que estaba ocurriendo, no pudo evitar recordar todas esas veces que su hija le decía sobre esto, pero que ella ignoró y hasta reprimió. 

—Ken... Yo... Yo no sabía que esto... Disculpa por haber... Discúlpame por haber tenido una hija sin ti... —Ken había ignorado ese detalle, pero de algún modo no le importaba—.
—Tranquila, no sabías nada. Incluso yo podría haber tenido un hijo. —dijo con un suave y tranquilo tono de voz— Ahora solo debemos recuperar el tiempo perdido. ¿No crees?
—C-Claro que si...

Terminando esa pequeña platica, tanto Ken, Aylin y Katherine se dieron un cálido abrazo, mientras se consolaban el uno al otro. 

—Ahora que sabemos esto... ¿Seguirán llamándose a si mismas como Aylin y Katherine? ¿O volveremos a usar nuestros verdaderos nombres...? —cuestionó algo confundido Ken—.
—No es tan sencillo. Ella y yo ya tenemos nuestros nombres de pila así. Pero... Entre nosotros podemos empezar desde ya a usar nuestros nombres reales. —responde tranquilamente la ya ahora Touka— ¿Qué nos dices tú, Sei? ¿Quieres que te llamemos así o seguir con Katherine?
—¡Sei! ¡Sei! ¡Sei! —tanto Ken como Touka se rieron por la emoción que emanaba la pequeña—.

Pero la paz no duraría demasiado, puesto que tanto Aylin como Ken, empezarían a sentir mucho más fuerte el cosquilleo en su espaldas. Y que al cabo de unos segundos, pasarían a cambiar a donde originalmente tenían sus kagunes. Siendo en Touka casi a la altura de sus hombres, mientras que en Ken sentía casi en todo el largo de su espalda el mismo cosquilleo.

—Parece que no solo nosotros hemos regresado eh... —musitó felizmente Ken—.
—Así parece... —suelta un bufido— Pero dudo que podamos hacer uso de ellos en un largo tiempo.
—Supongo...

Al cabo de unos segundos de eso, uno de los ojos de Ken volvería a la normalidad, volviendo a una apariencia similar al Ghoul de un ojo que solía ser. No obstante, esto ya no era importante para él. Y pasaron el resto del día poniéndose al día casi al completo de sus vidas, para luego de una gran cantidad de horas, y con Sei ya dormida, la pareja acabaría su reunión con un dulce y nostálgico beso.

—Me hubiese gustado haber hecho esto antes de perderte... Ken.
—Lo sé, Touka-chan... A mi también me hubiese gustado.

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Dec 13, 2023 ⏰

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