𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚 𝐒𝐡𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜》

Capítulo 43

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Advertencia: este capítulo contiene Lemon.

♡ Alice ♡

Había pasado un tiempo desde que renuncié a ese trabajo y fui con Hanma a su pandilla. Desde entonces había intentado buscar algún trabajo por aquí cerca o incluso un poco más lejos, pero no había encontrado nada, todos tenían diferentes motivos para no contratarme, y conseguir trabajo sin haber estado en la escuela con 18 años recién cumplidos era muy complicado.

Aun así, no me había dado por vencida y casi todos los días de semana iba a buscar alguna opción, pero para mi mala suerte, nada aún... se me estaban acabando las opciones.

En estos momentos estaba en casa con Kin en mis brazos llevándolo a la bañera para darle un baño. Ya olía mal.

-tranquilo, Kin. -cerré la puerta del baño aún con él en brazos- está calentita, te va a gustar.

Caminé de forma lenta y me agaché al estar justo delante de la bañera, la cual estaba llena de agua. Porque si, en casa de Hanma era una bañera junto con la ducha.

El agua la había dejado tibia, así que no creo que haya problema con Kin. Comencé a bajarlo para que entrase al agua, pero cuando lo dejé ahí, comenzó a moverse de forma rápida para salir.

-¡Kin! ¡cálmate! ¡AH! -grité cuando sentí sus garras en mis brazos y rápidamente lo solté haciendome hacia atrás.

-¿qué esta...? -a penas Hanma abrió la puerta, Kin salió corriendo mojado- ¿qué demonios pasó?

-uh... -miré mis brazos con rasguños pero no fuertes, solo estaban rojos como marcas temporales- Kin no quiere bañarse...

-ah, no. Rata desgraciada ven acá. -salió del baño.

-¡espera! ¡no lo traigas a la fuerz...!

Muy tarde. Hanma llegó con Kin en brazos, cerró la puerta y lo metió a la bañera sin importar que comenzará a rasguñar y maullar. Yo me apegué a la puerta mientras él forcejeaba con Kin, mojandolo por completo.

-¡n-no seas bruto!

-no soy bruto, tiene que aprender. -Kin maullaba pero al menos ahora estaba quieto- ¿con qué lo lavo?

-yo lo hago. -me senté a un lado de Hanma.

Comencé a bañarlo mientras él maullaba, lavamos su cuerpo con la misma agua tibia y Kin seguía mojando todo al moverse, así que Hanma y yo terminamos completamente empapados hasta que terminamos con el baño de Kin, envolviendolo en una toalla. Mientras Hanma lo sostenía en brazos, yo lo secaba con el secador.

-¿es la primera vez que lo bañamos? -preguntó.

-si, tenemos que acostumbrarlo.

Cuando lo sequé, él estaba casi quedándose dormido por lo relajado que se encontraba, cuando terminé de secarlo por completo, ya se había dormido en brazos de Hanma.

Decidimos ir a acostarlo en nuestra cama, cubriéndolo con las mantas.

-¡que lindo! -grité conmovida.