𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊《𝐇𝐚𝐧𝐦𝐚 𝐒𝐡𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜》

Capítulo 16

| Verdades |

Hanma y yo estábamos de camino hacia su departamento, decidimos hablar del tema en un lugar más privado. Yo por mi parte iba literalmente todo el tiempo pensando en qué iba a decirle y como iba a hacerlo. Tal vez suene exagerado, pero contar algo que para ti es traumatico y en especial si no se lo has contado a nadie, es muy difícil.

-¿por qué tan callada? -preguntó burlón mientras avanzaba con las manos en sus bolsillos.

-solo estoy nerviosa.

-¿de qué? -alzó una ceja.

-cuando sepas esto no sé cómo vas a reaccionar, además... una vez que lo sepas mi vida también correría más peligro. -lo miré haciendo un intento de sonrisa.

-¿hm? -alzó una ceja llevando un cigarrillo a su boca- no digas tonterías, Alice. -habló con un tono serio volviendo a mirar al frente.

-¿a que te refieres?

-no corres peligro conmigo... ya te lo dije gasté mucho dinero en ti como para querer hacerte algo malo.

Eso me dejaba más tranquila.

-si, lo se... pero... -miré hacia abajo apretando mis labios, decidí no decir nada más.

-¿...pero? -preguntó a los segundos al ver que no había dicho nada.

-es un tema que aún no supero del todo hmhn... -reí nerviosa.

Nadie dijo nada el resto del camino hasta que llegamos a su departamento, subimos las escaleras pasando por aquellas personas que estaban en pequeños grupos fumando o bebiendo, también habían unos pocos niños más atrás ya que habían más departamentos. Finalmente al llegar arriba, Hanma sacó sus llaves de la casa.

-pasa. -me dijo abriendo la puerta mientras botaba el cigarrillo al suelo para apagarlo, yo pasé a la ya conocida casa en donde estuve por un buen tiempo.

-permiso. -me senté en su sillón con las piernas juntas y manos apretadas mientras miraba mis rodillas.

-bien... -dijo en medio de un suspiro mientras tomaba asiento algo apartado de mi- cuéntame.

Él estaba sentado con las piernas algo abiertas y una mano apoyada en una de ellas mientras la otra estaba apoyada en el respaldo del sillón.

Apreté mis labios armandome de valor, pero aún sin atreverme a mirarlo.

-querías saber de donde vengo...

-de la cárcel, ¿no? -habló totalmente serio, fruncí mi ceño y lo miré.

-no, Hanma. No escapé de la cárcel, ni de mi casa ni nada de eso... -lo miré ahora tímidamente- yo... escapé del orfanato. -agaché la mirada.

Él abrió un poco más de lo normal sus ojos con algo de sorpresa.

-eso explica muchas cosas... -comenzó a decir más para él mismo.

-estuve en ese lugar desde los 8 hasta mis 15 años, que fue donde escapé de ese infierno. -continué comenzando a jugar con mis manos- recordar lo que viví ahí en esos años... fue una total pesadilla, muchas personas me molestaban o recalcaban cada mínimo defecto de mi en mi rostro. Kirobu era uno de esos chicos que me molestaba, el mismo que mandó a golpearme y romper mi tobillo... -hice una pausa- ahora Nobuto también sabe de donde vengo, y si ellos quieren pueden enviarme de vuelta al orfanato, ya que aun no soy mayor de edad.

-entonces ellos van a enviarte de vuelta...

-eso creo, es que... -lo miré- acabo de pelearme con Nobuto y... lo apunté con el arma. -saqué el arma de donde la tenia guardada dejándola en el sillón, Hanma la tomó examinandola- todo el dinero que tengo se lo robe luego de que me dijo que no volvería a trabajar con él. -Hanma me miraba de manera seria con el arma entre sus manos, a la cual le colocó el seguro- cuando Nobuto supo lo del orfanato, dijo que me fuera a vivir con él y formaramos una vida juntos... me negué y lo golpeé, pero él también me golpeó de vuelta y por eso mi mejilla roja... -miré hacia un lado algo apenada- y... eso, mayormente.