Parte 8

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Reaccioné al instante, sentía una extraña sensación en mi espalda, algo húmedo y grumoso. Traté de girarme para ver que había ocurrido, pero con cada movimiento lo único que sentía era una experiencia húmeda. Grumos se pegaban a mi piel como si fuera arena ¿Que era eso? Me quito el pañal y veo toda la zona alrededor mío cubierto por algo parecido a una escarcha blanca y húmeda, parecía como si estuviera en un encantado bosque nevado.

Cogí el empapado pañal y lo dejé en mi bañera, ya que si se salía más de ese extraño contenido no haría tanto relajo. Me limpié, y proseguí a examinar la situación. La parte del pañal que cubría mi espalda baja se hallaba con una perforación en la parte de más arriba, aplasté con las manos a este y vi como por ese hueco salía algo que se asimilaba a diminutos arroces cargados de agua. Con un poco de razonamiento se me prendió el bombillo de luz que tenía en la cabeza y deduje que ese es el material absorbente que se encuentra dentro de los pañales, y este material les da la capacidad de absorber líquidos como la orina. Estaba impresionando por lo que para mí fue un gran descubrimiento a nivel personal.

Boté el pañal, guardé el resto de los pañales de tiras en un secreto escondite, y me aventuré a probar el otro tipo de pañales que afortunadamente tenía, los Huggies Little Swimmers. Los cogí y observé su diseño, que se asemejaba muchísimo a un traje de baño tipo Speedo o tipo tanga, por los detalles del estampado. Me lo coloqué y me puse un Jean, como eran muy parecidos a la ropa interior, creí que nadie notaría lo que en verdad estaba usando.

Por suerte, en primera instancia noté que este no tenía las tiras para abrir y cerrar, entonces preparándome para futuros cambios, cogí una tijera y la puse en mi baño. Si llegaba a tener algún engorroso accidente, solo bastaría coger las tijeras y cortar los laterales, así evitaría que me pasara lo que tanto dejó marca en mí, el día que usé Huggies Pull Ups.

Durante las vacaciones yo solía disfrutar de salir a andar en bicicleta por mi ciudadela, así que esta vez lo haría, pero usando un pañal. Bajé a la cocina, cogí una jarra y tomé unos grandes vasos de agua, tenía algo planeado, sería una locura, pero lo disfrutaría muchísimo.

Salí a andar en bicicleta, me dirigí a un parque que quedaba a unas cuadras de mi casa, una vez ahí me puse a jugar cual niño pequeño en los diferentes juegos: resbaladeras, pasamanos, columpios, etc. En un momento dado sentí el salvaje llamado de la naturaleza, me senté en una banca del parque y comencé a mojar mi pañal, muy grata sensación me fue dada, mientras que mis cerrados ojos dejaban apreciar la agradable sensación al máximo, hasta que sentí como el orine se iba concentrando en un solo lugar, progresivamente comencé a sentir como el pañal no absorbía el líquido, y este comenzaba a estancarse, pero yo estaba ahí viviendo un sueño, sin percatarme que se podía convertir en pesadilla.

Sentí como algo caliente se deslizaba por mi muslo, como un caracol recorriendo el tronco de un árbol, así eran las calientes gotas que recorrían mi cuerpo dejando un rastro. Reaccione en seguida, y comienzo a palpar mi pantalón en busca de humedad, afortunadamente solo escasas y contadas gotas habían logrado salir de la celda donde yacían prisioneras.

Decidí volver a casa por si algo más pasaba, me monté en mi bicicleta, y al apoyarme en el asiento lo peor ocurrió. Fue como haber exprimido una esponja repleta de agua, el fluido salió del pañal y comenzó a hacer contacto con la piel de la región glútea, bueno fuera que se hubiera quedado ahí. Acto seguido, con cada pedaleo abría una gran brecha en los elásticos del pañal que rodeaban mi entrepierna, por donde salían las prófugas amarillas que iban mojando mi pantalón.

Llegué a casa y antes de entrar en ella, me di la vuelta y vi como la parte trasera del pantalón se hallaba resaltada por un color más oscuro que el resto, al tocarme estaba mojado. Abrí la puerta y subí corriendo a mi cuarto, me encerré en el baño, cogí la tijera que había dejado en el vaso alado del lavabo, me quité el blue Jean y lo puse en el cesto de ropa sucia.

Me acosté en mi ducha, por si algo aún peor me pasara, y corté los laterales elastizados del pañal, me lo retiré con odio y lo estrellé contra la basura. Me enjuague las zonas afectadas. Salí del baño, cogí mi computadora y comencé a investigar dicho pañal.

Resultaba que, en los comentarios de la página de Huggies había páginas enteras de quejas acerca de estos pañales, porque habían madres que creían tontamente que eran igual a los Huggies Pull Ups, entonces mandaban a dormir a sus hijos con los Little Swimmers, o los hacían usar como pañales convencionales, y pues al rato tenían resultados catastróficos.

Huggies respondió, diciendo que ese pañal estaba concebido para retener las heces del bebé, cuando este se bañe en una piscina o en el mar, pero que nunca estuvieron diseñados para retener líquidos, porque por el contrario se hincharían un montón y el pañal se terminaría desmenuzando.

Ahora todo tenía sentido para mí, el pañal nunca había absorbido los liquido simplemente los aguantaba como una barrera, el error fue mío, cuando al volver a leer la descripción del pañal en la página oficial, decía que este debía ser utilizado exclusivamente en la piscina o el mar.

Para comprobar lo leído hice una prueba, pero sin riesgo de daños colaterales. Los guardé, bajé a la cocina a tomar bastante agua de nuevo, y me puse a ver Tv en la sala hasta que me dieran ganas de orinar. No pasó mucho tiempo hasta que entraron ganas, me dirigí a mi baño, saqué uno de esos pañales de baño, me los coloqué, y me paré sobre mi ducha, esperando a que comenzara la acción.

Mi infancia en pañales Donde viven las historias. Descúbrelo ahora