Capítulo 3

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La manada de Andrew estaba reunida esperando a que Thomas empezará a hablar, llevaban esperando bastantes minutos para una respuesta y Thomas parecía como si intentara buscar las palabras para empezar, cuando por fin lo logró la cara de los chicos expresaba alegría de por fin no ser excluidos en cuanto a información.

- Bueno, el Lord ha cambiado uno de sus títulos. (Dijo Thomas directo al punto)

- No comprendo ¿Renuncio? (Preguntó Abel)

- Le llegó una propuesta invasiva a la que aceptó. (Dijo Thomas)

- Sé más claro señor Thomas. (Dijo Ana)

- Sí, no quiero jugar a las adivinanzas. (Dijo Luis un poco molesto)

- El cambio de Lord Potter a Lord Black. (Dijo Thomas)

- Eso es extraño pero, ¿por qué no está aquí? (Cuestiono Nicolás)

- El Lord tuvo una sobrecarga mágica, es posible que en estos momentos haya salido del banco. (Respondió Thomas)

- Entonces, ¿estará aquí? (Preguntó Alan)

- No, él va a descansar en el mundo muggle, es mejor para que pueda estabilizarse tranquilamente. (Respondió Thomas)

- ¿Cuándo volverá? (Preguntó Ana)

- No lo sé, cuando sea el momento. (Respondió Thomas)

- Odio tus acertijos. (Dijo Luis antes de abandonar la habitación)

- No creo que lleve mucho tiempo porque la población mágica se volverá loca si pasa mucho tiempo sin saber quién es el nuevo Lord. (Dijo Nicolás)

_ Si es que la reportera no hizo aún su trabajo de meterse en la vida de las personas. (Pensaba Thomas)

Tiempo después (Casa Slytherin)

- ¡No se metan ahí! (Gritó Mimi empujando a Alan y Abel)

- ¿Por qué? Parece un lugar apropiado para descansar. (Dijo Abel)

- Si lo que desea es que notifiquemos al maestro que uno de ustedes murió o que las serpientes del lugar murieron, pueden entrar a ver a las serpientes que encontramos en este lugar. (Contestó Matt interviniendo)

- ¿Por qué el Alfa siempre ve animales peligrosos? (Se lamentó Abel)

- Agnes es hermosa y también es una serpiente. (Dijo Alan)

- Sí, pero sé que ella no me querrá para el almuerzo. (Dijo Abel)

- ¿Y quién lo sabe? Sigues sin entrenar y te apuesto que tu carne estará a su gusto. (Dijo metiéndose a la conversación Nicolás)

- Matt ¿Cómo está el alfa? (Prosiguió Nicolás)

- A pedido del maestro lo deje en un callejón de un barrio muggle. (Contesto Matt)

- ¡Un callejón! ¡Un callejón! ¿Cómo el Lord de esta casa sería abandonado en un asqueroso callejón? (Grito conmocionada Mimi)

Las calles sonaban bulliciosas, muchas personas iban y venían en su ajetreada vida, un joven se acercaba a su hogar a paso lento, parecía que se desplomaría en cualquier momento para disfrutar de una requerida siesta en el pavimento, tal vez fue p...

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Las calles sonaban bulliciosas, muchas personas iban y venían en su ajetreada vida, un joven se acercaba a su hogar a paso lento, parecía que se desplomaría en cualquier momento para disfrutar de una requerida siesta en el pavimento, tal vez fue por fuerza de voluntad o tal vez simplemente no quería caer en el suelo pero llegó hasta la puerta de la casa 1059 donde tocó que el timbre antes de sentarse enfrente del portón de rejas blancas. Pasaron unos minutos en el que él pensó que nadie atendería a su llamado, estaba a punto de irse a esperar en el almacén cuando la puerta de la casa se abrió revelando a una mujer en un traje de negocios.

- Hola ¿Qué desea? Si es uno de los voluntarios de la nueva iglesia ya hice mi aporte a la comunidad la semana pasada. (Dijo la mujer)

- Yo...(Dijo el joven sin voltearse)

- Si es de la colecta también recibieron un aporte de mi. (Interrumpió la mujer)

- Madre. (Dijo el joven con la voz un poco más elevada y volteándose ligeramente)

La mujer lo miró sorprendida, su hijo por fin regresaba a casa, incluso antes de lo que él había prometido en las cartas que a menudo recibía.

- ¡Oh, por Dios Andrew! (Exclamo Lovelace)

- He vuelto madre. (Dijo Andrew sonriendo)

- Lo puedo notar, debiste haberme avisado, de alguna forma podría haberte buscado. (Dijo Lovelace)

- Lo siento madre. (Dijo Andrew)

- Anda, ven aquí. (Dijo Lovelace abriendo el candado del portón)

En ese momento Andrew abrazo a su madre sin notar las altas temperaturas en la que se encontraba su cansado cuerpo, ni siquiera notaba su sudoración recurrente desde que llego al mundo muggle, no es que hubiera diferencia con cómo se sintió luego de firmar algunos papeles para los duendes.

- ¡Maldita sea Andrew! Estas enfermo. (Dijo Lovelace)

- Yo no estoy tan mal, solo me daré un baño y dormiré. (Dijo Andrew)

- Si es eso lo que haces cuando estás enfermo lejos de casa no confiare en ti para cuidarte a ti mismo. (Dijo Lovelace)

- Pero estaré bien. (Protesto Andrew)

- Claro, estarás bien luego de comer un poco de arroz, tomar una ducha fría, acostarte en la cama y no olvidar tomar tú deliciosa medicina. (Dijo Lovelace)

- La medicina apesta. (Susurro Andrew)

- Apestara más si decido hacerte una casera así que tú decides si empeorar tu situación. (Dijo seriamente Lovelace)

- Bueno... (Dijo Andrew)

- Bueno ¿Qué? (Pregunto Lovelace)

- Está bien, te escucharé madre. (Dijo Andrew)

- Perfecto, no te veo moverte. (Dijo Lovelace)

- Ya voy, ya voy. (Dijo Andrew)

El camino continuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora