31 días de KatsuDeku en honor al reto de #EsDeFanfics con temática Flufftober
Será 1 capítulo diario por el mes de octubre, cada capítulo estará siguiendo las temáticas que indique el flufftober, pero a fin de cuentas la trama de cada capítulo es de...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—¡Whoa! ¡Mira, Kacchan!
—Deku, es la jodida tercera vez que me haces ver el mismo templo de mierda.
—¡Bakugo-kun, es una falta de respeto hacia la deidad del templo! —le reprendió Iida.
Aunque se quedó en un intento, porque al rubio no pudo importarle menos.
Los tres se encontraban de patrullaje en el evento de un templo al norte de la ciudad, habiendo algunos reportes de que la zona ha sido merodeada de villanos.
Ellos solo debían actuar como civiles y, en caso de requererirlo, cumplir sus labores como héroes.
Izuku estaba emocionado, en todos sus años como pareja nunca habían visitado juntos un templo.
Bueno, también estaba Iida con ellos.
El símbolo de la paz hasta vestía un kimono, demasiado emocionado con el evento. Su compañero de robóticos movimientos no dejándole solo.
Y a Bakugo... Bakugo prefirió ir vestido de camiseta negra y shorts cómodos.
El lugar estaba lleno de puestos de juegos, comida y de recuerdos del templo. Las personas caminando entre los pequeños pasillos en compañía de amigos o familia.
Las luces y las risas daban ese ambiente cálido al festival, haciendo sonreír al chico de pecas y molestando más al explosivo ojirubí.
Los tres caminaban, el héroe número dos más centrado en la misión que su dulce novio.
Aunque no lo podía culpar, fue él quien lo invitó a la misión para no ir solo con Iida.
—Aquí no hay un carajo.
—Espero que no suceda nada hoy, no quisiera que arruinaran el evento.
—Para eso estamos aquí, Midoriya-kun. Para evitarlo —aseguró Tenya, sonriéndole y tranquilizándolo.—Deberíamos dividirnos para cubrir más espacio, si algo sucede nos comunicamos por los teléfonos.
El menor de ellos asintió mientras el otro lo mandó al demonio, pero por igual terminando por acatar su plan.
Se separaron para ir cada uno por su cuenta, una vez cubierta toda el área se reunirían antes de las campanadas del templo anunciando el fin del festival.
Bakugo solo pidiendo que su chico no terminara por comprar demasiadas cosas o comer demás.
° ° °
—Todo se ve tranquilo...
Midoriya abrazaba la pequeña bolsa con un par de peces dorados que ganó en un pequeño juego al que una amable vendedora lo invitó a participar.
Él sabía que estaba ahí por trabajo, pero no podía negarse a probar la comida y juegos de sus admiradores. Después de todo él lo fue alguna vez.
