7. Sick partner

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[Se desarrolla después de Under the rain]

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[Se desarrolla después de Under the rain]

—¿¡Por qué mierda fui el único afectado!? —sus gritos se vieron interrumpidos por una dolorosa y molesta tos.

—¡Kacchan! No debes forzar tu garganta o te dolerá más.

Luego de aquella escena digna de película de ambos abrazados bajo la lluvia, vino el golpe a la realidad.

Bakugo pescó un resfrío que lo obligó a quedarse en casa hasta sentirse completamente bien.

Izuku lo notó una noche después de la tormenta, su pareja lo abrazó como hacía siempre pero notó su cuerpo irradiar un extremo calor.

—Es solo un puto resfriado —afirmó el rubio, intentando ponerse de pie.— Pásame mis botas, tengo trabajo.

Izuku, molesto ya por la necedad de su novio, lo empujó de regreso a la cama, arrojándole con fuerza en la frente el fomento mojado con agua fría.

Bakugo.exe dejó de funcionar.

—¡Lo siento Kacchan! ¡No creí atinar-  — el mismo fomento voló hacia el rostro del menor, callándole al instante.

Midoriya.exe dejó de funcionar.

Bien, se lo merecía. Su pareja estaba irritado por la fiebre y malestar corporal como para que se le ocurriera tal tontería.

Limpió los restos de la fría agua en su rostro y volvió a remojar el fomento.

—Lo siento, Kacchan. Pero me hiciste enfadar y tienes que reposar. No es justo que cuando el enfermo soy yo me obligues a estar en cama y tú no quieras hacer lo mismo.

Su novio tenía un punto, usualmente el enfermizo era el pecoso, no él. Y siempre que era así le obligaba a permanecer en cama al menos tres días.

Genial, lo golpearon con una toalla mojada y ahora también lo regañaban.

Que algún samaritano se apiadara de su alma por los siguientes días.

—Cállate y ponme esa mierda, Deku.

Izuku, satisfecho con su respuesta, volvió a poner el fomento en la calurosa frente de su chico explosivo.

Bajó un poco el cubebocas que llevaba puesto Katsuki y dejó un casto beso en la punta de su perfilada nariz.

Sus ya de por sí sonrojadas mejillas se encendieron aún más y no retuvo la sonrisa que surcaba de sus labios.

—Te traeré el desayuno, no muevas un solo músculo. Hablo en serio, Katsuki.

Un frío escalofrío hizo estremecer al mencionado, que resignado lo mandó al demonio antes de escucharlo caminar a la cocina.

Odiaba estar enfermo, desde siempre lo odió.

BNHA KATSUDEKU - FLUFFTOBER 2021Where stories live. Discover now