Capitulo 30: Harry mató a Fawkes

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*Narra Harry*
La profesora McGonagall llamó a la puerta. Ésta se abrió y entramos. La profesora me pidió que esperara; así que eche un vistazo a mi alrededor, descubrí que de todos los despachos de profesores, el de Dumbledore era el más interesante.

Era una sala circular, grande y hermosa, en la que se oía multitud de leves y curiosos sonidos. Las paredes aparecían cubiertas de retratos de antiguos directores, hombres y mujeres. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él en un estante, el Sombrero Seleccionador. Dude, pero di un vistazo a los magos y brujas que había en las paredes; me acerqué al escritorio, agarre el sombrero del estante y me lo puse despacio en la cabeza, espere pero no pasó nada. Al cabo de unos minutos escuché una sutil voz

Sombrero: ¿No te lo puedes quitar de la cabeza, eh, Harry Potter?

Harry: Mmm, no —respondí — Esto..., lamento molestarte, pero quería preguntarte...

Sombrero: Te has estado preguntando si te mande a la casa correcta —dijo acertando — Sí..., tú fuiste bastante difícil de colocar, claro está que no como aquella chica, pero mantengo lo que dije... aunque —contuve la respiración— podrías haber ido a Slytherin—Y mi corazón dio un vuelco al escuchar esas palabras, así que me lo quite.

Harry: Te equivocas —dije en voz alta al sombrero. Luego, escuché un ruido de pasos así que me volteé completamente.

Vi que había un pájaro, sobre una percha dorada detrás de la puerta. Lo miré,  y el pájaro me devolvió la mirada, emitiendo de nuevo ese ruido que parecía que estaba enfermo. Tenía los ojos apagados y, mientras lo miraba, se le cayeron otras dos plumas de la cola, entonces pensé en que lo único que le faltaba es que el pájaro de Dumbledore se muriera mientras estaba con él a solas en el despacho, cuando el pájaro comenzó a arder, rápidamente busqué un vaso con agua pero no encontré ninguno; el pájaro, se había convertido en una bola de fuego, y un instante después no quedaba de él más que un montoncito de cenizas en el suelo. En ese mismo momento la puerta del despacho se abrió y entró el profesor Dumbledore, con aspecto sombrío.

Harry: Profesor —dije algo nervioso— su pájaro..., no pude hacer nada..., acaba de arder...—para mi sorpresa el profesor Dumbledore sonrió.

Dumbledore: Ya era hora —dijo— Hace días que tenía un aspecto horroroso, yo le decía que se diera prisa—soltó una risa—Fawkes es un fénix, Harry, los fénix se prenden fuego cuando les llega el momento de morir, y luego renacen de sus cenizas. Mira...

Dirigí mi vista hacia la percha a tiempo, vi un pollito diminuto y arrugado que asomaba la cabeza por entre las cenizas. Era igual de feo que el antiguo

Dumbledore: Es una pena que lo hayas tenido que ver el día en que ha ardido —dijo, sentándose detrás del escritorio— La mayor parte del tiempo es realmente precioso, con sus plumas rojas y doradas. Fascinantes criaturas, los fénix; Pueden transportar cargas muy pesadas, sus lágrimas tienen poderes curativos y son mascotas muy fieles.

Antes de que el profesor Dumbledore pudiera decir otra palabra, la puerta se abrió de improviso e irrumpió Hagrid en el despacho con expresión desesperada, y el gallo muerto sujeto aún en una mano.

Hagrid: ¡No fue Harry, profesor Dumbledore! —dijo deprisa— Yo hablaba con él segundos antes de que hallaran al muchacho, señor, él no tuvo tiempo...

Dumbledore trató de decir algo, pero Hagrid seguía hablando, agitando el gallo en su desesperación y esparciendo las plumas por todas partes.

Hagrid: ... No puede haber sido él, lo juraré ante el ministro de Magia si es necesario...

Dumbledore: Hagrid, yo...

Hagrid: Usted se confunde de chico, yo sé que Harry nunca...

Dumbledore: ¡Hagrid! —dijo con una voz muy fuerte— yo no creo que Harry atacara a esas personas.

Siempre fue ella (Harry potter y tú) [segundo año]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt