Capitulo 20: ¿Petrificado?

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*Narra __*
Después de que miramos a la gata y algo escrito con sangre, no sabía que era; estaba furiosa con Malfoy y Párkinson; aunque les calle la boca, pero en el instante en que estábamos pelando se escucho una voz.

X: ¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?

Atraído sin duda por el grito de Malfoy, Filch se abría paso a empujones. Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara.

Filch: ¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? —chilló. Con los ojos fuera de las órbitas, se fijó en Harry— ¡Tú! —chilló— ¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!—me puse entre ellos, creando un escudo, para que no le hiciera nada a Harry.

X: ¡Argus!

Había llegado el abuelo, seguido de otros profesores. En unos segundos, pasó por delante de los cuatro y sacó a la Señora Norris de la argolla.

Dumbledore: Ven conmigo, Argus —dijo— Ustedes también, Potter, Weasley, Granger y Estrella—Vi como Lockhart se adelantó algo asustado.

Lockhart: Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.

__: ¿enserio?... prefiero ser la gata...—susurre pero Herms me escucho y me dio un codazo.

Dumbledore: Gracias, Gilderoy —respondió

La silenciosa multitud se apartó para darnos el paso. Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la tía McGonagall y Snape.

Cuando entramos en el oscuro despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes; me di cuenta de que algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la vista, porque llevaban los rulos puestos. El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó. El abuelo dejó a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla. Harry, Ron, Hermione y yo intercambiamos tensas miradas, echando una ojeada a los demás, nos sentamos fuera de la zona iluminada por las velas.

El abuelo acercó la punta de su nariz larga y ganchuda a una distancia de apenas dos centímetros de la piel de la Señora Norris. Examinó el cuerpo de cerca con sus lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo con sus largos dedos. La tía McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos entornados. Snape estaba muy cerca detrás de nosotros, con una expresión peculiar, como si estuviera haciendo grandes esfuerzos para no sonreír. Y Lockhart rondaba alrededor del grupo, haciendo sugerencias.

Lockhart: Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.

Los sollozos sin lágrimas, convulsivos, de Filch acompañaban los comentarios de Lockhart. El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris. No pudo evitar sentir compasión por él, aunque no tanta como la que sentía por nosotros cuatro. Si él abuelo creía a Filch, nos expulsarían sin ninguna duda.

El abuelo murmuraba ahora extrañas palabras en voz casi inaudible. Golpeó a la Señora Norris con su varita, pero no sucedió nada; parecía como si acabara de ser disecada.

Lockhart: ... Recuerdo que sucedió algo muy parecido en Uagadugú —dijo— una serie de ataques. La historia completa está en mi autobiografía. Pude proveer al poblado de varios amuletos que acabaron con el peligro inmediatamente.

__: ¡SE PODRÍA CALLAR POR UN MOMENTO!—grite frustrada, quería una respuesta; todos me miraron y yo tenía el pelo y ojos rojos. El abuelo me miraba impactado y finalmente se incorporó.

Siempre fue ella (Harry potter y tú) [segundo año]Where stories live. Discover now