Capitulo 4: La casa Weasley

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Parecía como si en otro tiempo hubiera sido una gran pocilga de piedra, pero aquí y allá habían ido añadiendo tantas habitaciones que ahora la casa tenía varios pisos de altura y estaba tan torcida que parecía sostenerse en pie por arte de magia, y sospeche que así era probablemente. Cuatro o cinco chimeneas coronaban el tejado. Cerca de la entrada, clavado en el suelo, había un letrero torcido que decía «La Madriguera». En torno a la puerta principal había un revoltijo de botas de goma y un caldero muy oxidado.

Ron: No es gran cosa.

Harry: Es una maravilla —repuse, contento, acordándome de Privet Drive. Salimos del coche.

Fred: Ahora tenemos que subir las escaleras sin hacer el menor ruido —advirtió— y esperar a que mamá nos llame para el desayuno. Entonces tú y Ron, bajarás las escaleras dando saltos y diciendo: «¡Mamá, mira quién ha llegado esta noche!» Ella se pondrá muy contenta, y nadie tendrá que saber que hemos agarrado el coche.

Ron: Bien. Vamos, Harry, yo duermo en el...-De repente, Ron se puso de un color verdoso muy feo y clavó los ojos en la casa, y nosotros tres nos dimos la vuelta.

La señora Weasley iba por el corral espantando a las gallinas, y para tratarse de una mujer pequeña, gordita y de rostro bondadoso, era sorprendente lo que podía parecerse a un tigre de enormes colmillos.

Fred: ¡Ah! —musitó.

George:¡Dios mío! —exclamó

La señora Weasley se paró delante de ellos, con las manos en las caderas, y paseó la mirada por cada uno. Llevaba un delantal estampado de cuyo bolsillo sobresalía una varita mágica.

Sra. Weasly: Así que... —dijo.

George: Buenos días, mamá —saludó poniendo lo que él consideraba que era una voz alegre y encantadora.

Sra. Weasly: ¿Tienen idea de lo preocupada que he estado? —preguntó en un tono aterrador.

Fred: Perdona, mamá, pero es que, mira, teníamos que...

Sra. Weasly: ¡Las camas vacías! ¡Ni una nota! El coche no estaba..., podían haber tenido un accidente... Creía que me volvía loca, pero no les importa, ¿verdad?... Nunca, en toda mi vida... Ya verán cuando llegue a casa su padre, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie, ni Percy...

Fred: Percy, el prefecto perfecto—murmuró

Sra. Weasly: ¡PUES PODRÍAN SEGUIR SU EJEMPLO!—gritó dándole golpecitos en el pecho con el dedo—Podrían haberlos matado o podría haberlos visto alguien, y su padre haberse quedado sin trabajo por su culpa...—enronqueció de tanto gritar y luego se plantó delante de mi, retrocedí asustado—Me alegro de verte, Harry, cielo. Pasa a desayunar—se encaminó hacia la casa y la seguí, después de dirigir una mirada asustada hacia Ron, quien me respondió animado con un gesto de la cabeza.

La cocina era pequeña y todo en ella estaba bastante apretujado. En el medio había una mesa de madera que se veía muy restregada, con sillas alrededor. Me senté tímidamente, mirando a todas partes. Vi una lechuza muy bonita, era negra y los ojos color morado.

Ron: oh... __ respondió—dijo y los gemelos prestaron mucha atención, me pareció extraño.

Fred: Léela...

George: queremos saber...

Ron: Querido Ron:

Que bueno que van a ir por Harry, solo vi una vez a su tía y enserio me desagrado, espero que estén bien ya que papá no me a dejado visitarlo después de la última vez... larga historia. Bueno pues sé que Harry también está escuchando esto.. espero que estes bien, y ¡Feliz cumpleaños!... no te mande el regalo por qué pensé que no te llegaría y los veo en Hogwarts. Los quiere.
"___ E."
Pd: La caja envuelta es de Harry... y los dulces son de Harry,Ron y las fotocopias... a y díganles que ya tengo lo que necesitaban. Y Potter yo que tú me cuido las espaldas -_-

Siempre fue ella (Harry potter y tú) [segundo año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora