Dejando atrás una vida en el interior, un chico de Stohess se enlista en la Tropa de Reclutas N° 104, adentrándose a un mundo lleno de titanes.
Su meta nunca fue más clara; Unirse junto a su hermano y retomar Wall Maria para traer esperanza a la hum...
Ha pasado casi dos semanas desde que comenzamos a entrenar con el EDM3D.
Como era de esperar, tampoco destaqué mucho en esa habilidad. En el mejor de los casos, soy competente. Al menos sé que no moriré por enredarme con mis propios cables y estrellarme contra un árbol como ya ha pasado con un par de reclutas.
Desde el comienzo del entrenamiento con el equipo, he comenzado a pasar más tiempo con Jean y Marco, principalmente Jean, ya que él es alguien que parece tener un talento nato a la hora de manejar el EDM3D y ha aceptado ayudarme a mejorar mi propia habilidad a cambio de que le cuente como es la vida dentro de los muros interiores y saber desenvolverse correctamente cuando se una a la Policía Militar. No tuve ningún problema en eso, y Marco rápidamente se unió a nosotros.
Krista se ha disculpado conmigo por leer mi diario, no podía enojarme demasiado tiempo con ella cuando me pedía disculpas tan sinceramente. Pero Ymir se ha negado a hacerlo, lo cual me molesta un poco, y ha ocasionado que discutamos varias veces, siendo muchas de ellas no muy amistosas.
Pero no pienso perdonarla hasta que admita su error. No soy tan estúpido para perdonar a alguien que no reconoce que se ha equivocado. Tengo mi propio orgullo. Aunque una parte de mí quiere hacerlo...
Pero... ¡Maldita sea! ¡Yo he venido aquí para convertirme en un soldado, no para tener problemas de relaciones! ¡¿Qué sigue?! ¡¿Problemas amorosos?! Que dios me libre de eso...
Maldita sea... tal vez mi hermano tenía razón al decir que las relaciones son complicadas. Y las mujeres son como un grano en el culo.
***
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—Como te he dicho, tienes que acelerar, pero solo durante un segundo. De esa manera dejas que el impulso haga el resto y ahorrarás gas—explicaba Jean a Marco y Victor.
Aunque desde el punto de vista del chico con lentes, parecía como si estuviera fanfarroneando. Y la razón era simple, en la mesa al lado de ellos, se encontraba Mikasa, quien comía su plato de sopa tranquilamente sin prestarle atención.
—Haces que suene tan fácil hacerlo—dijo Victor, bebiendo de su jarra de agua—. Yo aún tengo que enfocarme en apuntar correctamente los ganchos.
—Bueno, no es algo que pueda hacer cualquiera—dijo Jean, mirando de reojo a Mikasa—. Pero deberías de recordarlo si es que aspiras a entrar en la Policía Militar.
¨La Policía Militar, eh...¨ pensó Victor, considerando las palabras de Jean, pero rápidamente se sacudió esa idea ¨Olvídalo. No soy lo suficientemente bueno para quedar entre los diez mejores reclutas... Además, mi meta es otra...¨
