Epílogo

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El retorno de los hermanos

Al mediodía del segundo día, tras la finalización de la Expedición 57° del Cuerpo de Exploradores, el Distrito de Karanes se encontraba en absoluto caos.

Las calles se encontraban repletas de gente que corrían despavoridas hacia la puerta interior en medio de gritos de pánico y horror. Las familias hacían todo lo posible en mantenerse unidas mientras eran empujadas por la gente. Se escuchaba el llanto de los niños, clamando por sus padres, pero ningún civil se detuvo a auxiliarlos mientras corrían en un intento de ponerse a salvos a sí mismos luego de la noticia que habían recibido.

Wall Rose había caído.

La noticia se extendió por toda la ciudad como una corta mecha que detonó al hacer contacto con un barril de pólvora.

Las campanas en lo alto de la torre no habían dejado de sonar desde que se emitió la alerta de evacuar lo más rápido posible. Los soldados de la Guarnición hacían todo lo posible para guiar a las personas hacia la puerta interior, pero ellos estaban tan asustados, si no más, que los propios civiles.

El pánico, el miedo, la desesperación y el puro terror eran casi palpables en el aire del Distrito de Karanes.

Fue en esa ciudad sucumbida en el caos que, en lo alto del muro sobre la puerta exterior, se incrustaron dos pares de ganchos que sostenían los cables del EDM3D. El característico sonido del cable siendo retraído, junto con el gas a alta presión siendo liberado, fue la señal que anunció la llegada de dos soldados.

Uno de ellos era un hombre alto, con el cabello rubio corto color arena y ojos azules. El segundo era mucho más bajo, apenas llegando a la altura del pecho del otro soldado. Tenía el cabello negro despeinado, ojos plateados y un profundo corte oblicuo sobre el ojo izquierdo.

La característica que compartían ambos soldados fue que sus uniformes se encontraban llenos de mugre y raspaduras, pero en la espalda de la capa verde oscuro que vestían sobre su uniforme de soldados, pudo identificarse claramente el símbolo de las Alas de la Libertad, ondeándose de manera orgullosa con el viento.

Dos Exploradores habían arribado en la cima de Wall Rose en el Distrito de Karanes.

Pero no eran simples Exploradores.

Ellos eran el Teniente Alphonse Dreyse, un hombre cuyo ingenio era reconocido por toda la humanidad. Y Victor Ackerman, un soldado tan destacado que se decía que cuyas habilidades valían más de 100 soldados.

—Finalmente... hemos llegado... —jadeó Alphonse, sosteniéndose sobre sus rodillas mientras jadeaba para recuperar el aliento—. Lo hicimos... escapamos de ese infierno. En más de una ocasión pensé que no lo lograríamos. Especialmente cuando ese Titán anormal de 8 metros comenzó a perseguirnos.

Habían estado trotando durante horas para llegar al muro. Aunque se habían movilizado principalmente durante la noche, donde los Titanes estaban inactivos, cuando finalmente vieron el muro alzarse a los lejos, ninguno de los dos aminoró el paso para finalmente poder escapar del territorio de los Titanes.

Fueron esas ansias de finalmente poder volver al muro, sin importarles que ya había amanecido, que causó que un anormal se percatara de su presencia y comenzara a perseguirlos con fervor.

—Tampoco ayudó en nada que te pusieras a gritar como una perra cuando comenzó a perseguirnos—reprochó levemente Victor, mirando ceñudo su hermano.

A pesar de que fue Victor quien se encargó de matar a varios Titanes en su camino hacia el muro, no se le veía sin aliento. Lo único que señalaba que había estado peleado durante dos días para sobrevivir en territorio de Titanes fueron las raspaduras de sus ropas, junto con su capa, que se encontraba hechos jirones en las puntas.

《Sangre Pura》《Attack On Titan/OCMale》Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz