"Jazmín"

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Axel Derry

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Axel Derry

Ahora me encontraba en un puente sin final.

Me sentía nervioso, y no sabía porqué.

Estaba parado frente a la puerta de Thomás. Ya había trascurrido un mes, y debía darle una respuesta.

Creí que me iría a sentir presionado y angustiado, pero no fue así.

Bien Axel. ¡Vamos!

Toqué la puerta dos veces al cabo de unos segundos el rostro de Thomás ya estaba frente a mi. Ansioso por una respuesta.

Al principio no dije nada, pero al final di un paso adelante.

—Sí —respondí.

Sus ojos se iluminaron.

—Sí quiero ver a que podríamos llegar.

Thomás me abrazó.

—¡Gracias Axel! —Thomás me abrazó muy fuerte. Sonreí.

Y desde ese momento empezó una nueva vida para mí. Para Axel Derry.

***

Durante las últimas semanas; Thomás y yo hemos estado frecuentándonos. Hemos salido a tomar cappuccino y también hemos salido a comer helado. Thomás empezó desde lo más sencillo y simple.

—Entonces aquí va otro chiste —se arregló la camisa para volver a mirarme— ¿Qué son los zombis que hablan inglés y español? —sonreí.

—¿Qué son?

—Zombilingues —se echó a reír.

Solté una carcajada.

—Eres el peor ser humado que cuenta chistes en la historia.

—Pero al menos te saco una sonrisa ¿cierto? —se acercó un poco a mí. Fue como si el mundo dejara de moverse un momento para al instante retomar lo que estaba haciendo.

Él quitó un mechón de cabello, y acarició mi mejilla.

—Axel. ¿Te das cuenta que eres tan maravilloso? Eres como una estrella fugaz ¿Sabes? —su mano se dejó caer lentamente— Pueden existir muchas estrellas, pero pasas tú y las terminas opacando a todas.

Traté de ocultar mis mejillas que ya empezaban a tornarse de un color carmesí.

—Si pudieras ver a través de mi corazón te darías cuenta de lo tan maravilloso que eres. Mereces más que suficiente, Axel. Eres alguien que merece más de lo tan poco que pueda ofrecerle el mundo. Joder, el mundo está celoso de que seas mucho más valioso que él.

Para ya, Thomás. Mi corazón duele.

—Eres... Eres bueno —dije.

Me miro con asombro.

—Me refiero a que eres bueno subiéndole la autoestima a alguien. Lo haces muy bien, aunque no sé si algún día podría ser alguien que pueda darte lo que te mereces o si quiera ser tuyo de esa forma.

—No quiero que seas mío, Axel. Quiero que seas tuyo y que puedas volar con tus propias alas, quiero que tengas decisiones propias. No te dejes guiar por alguien, y no dejes que nadie diga que le perteneces. Pero quiero que tus ojos puedan verme a mí como algo más, y quiero que tu corazón desee estar conmigo.

—No sabría que decirte.

—No necesito que me hables con la boca —suspiró sonriente— necesito que me hables con el corazón.

—¿Y que es lo que deseas escuchar en un futuro de mi corazón?

—Que me amas —no me miró.

***

Tenía demasiado trabajo en la clínica. Era un día de esos que dices o te cuestionas el porqué elegiste ser lo que eres.

—¿Axel Derry? —giré mi rostro y la vi a ella. Tan reluciente como solía ser.

—Jazmín —sonreí y la abracé.

—¡Oh, por Dios! Creí que jamás te volvería a ver. La última vez que pregunté por ti me dijeron que seguías en Texas estudiando. Supuse que ya no tendría la oportunidad de volver a verte o de hablar contigo nuevamente.

—Yo también creí que jamás volvería aquí, pero hay muchas personas importantes para mi en Nueva York sin contar que él está aquí también.

—¿Él?

—Jayden —susurré.

—Axel —me sonrió— creí que a estas alturas ya estarías mejor con respecto al tema de mi primo.

—Lo estoy.

—Hablas como si quisieras hacer creer al resto que sí lo estás, pero no es así.

Cerré los ojos y después me arrepentí de lo que dije.

—Estoy saliendo con alguien más.

Hubo silencio.

Pensé que la reacción de Jazmín sería distinta, pero fue todo lo contrario.

—¿En serio? ¡Eso es genial! ¿Quién es él? —tomó mis manos— Axel estás en todo tu derecho de continuar tu vida y no sabes lo feliz que me pone el saber que estás conociéndote con alguien.

—No somos nada.

—Aún. Pero eso no significa que no haya algo, de tal modo jamás hubieras aceptado salir con alguien ¿no?

—Jazmín a veces me das miedo. Eres igual de bruja de lo que lo era Jayden.

Los ojos de Jazmín brillaron.

—Quiero escucharte hablar así.

—¿Así como?

—Como si pensar en mi primo ya no doliera. En lo personal, a mi aún me duele, pero aquí estoy. Debemos sanar heridas y cambiar páginas.

—¿Lo has ido a visitar?

Ella negó.

—Creo que prefiero quedarme con los bonitos recuerdos de mi primo en vez de ir a llorarle a una lápida.

—Yo tampoco he ido en estos meses que regresé.

—Nadie está obligado a ir si no lo desea. Si en un futuro decido ir será porque he decidido darle un adiós definitivo y no volver.

—¿No volver?

—No volver a pensar en él como un muerto más sino en pensar en Jayden como el alma viva que solía ser. Sonriente y lleno de tanta paz.

Volví a mi realidad.

—Te he sacado conversación y ni se por qué has venido a la clínica.

—Oh, he dejado a mi mascota para que le den un corte y un baño, pero veo que estás aquí trabajando como el gran doctor que siempre supe que serías. Te veo y es así como me imagino a mi primo solo que él iba a estudiar arquitectura.

Sonreí.

—Es bueno ver caras conocidas —concluyó.

—Siempre es bueno verte, Jazmín.

—Espero poder verte de nuevo.

—Yo también.

Me dejó un beso en la mejilla y cruzó la puerta principal.

Que recuerdos puede dejar un pasado que no pudo ser.

En el camino los alejó un corazón ©Where stories live. Discover now