En el camino los alejó un corazón ©

Capítulo 3

Lo extraño que es la vida. Con sus momentos de locura y sus momentos donde te llenas de serotonina. A veces nos pasa momentos en los que disfrutas tanto una serie en la velada nocturna que finalmente te quedas dormido, aunque, no te diste ni cuenta de la situación.

Miraba una serie durante la noche para poder sacar al rubio ojiverde de mis pensamientos, pero a medida que las horas van pasando mis ojos se iban cerrando de a pocos.

Solo un último pestañeo y ya no los volví a abrir hasta el día siguiente que la alarma me levantó para traerme a la realidad tan deprimente llamada vida cotidiana.

Y me hubiera vuelto a quedar dormido si no hubiese sido interrumpido por mi madre.

—Hijo —dijo asomándose—. Me imagino que para la hora que es ya estás aseado y cambiado. Axel que no se te olvide que hoy tu padre va a dejarte en la preparatoria y lo menos que quiero es que vaya a llegar tarde a la oficina porque cierto joven se quedó dormido —a medida que continuaba hablando su voz se iba haciendo más seria y era ahí donde me replanteaba la idea de volver a dormir o de una vez cambiarme y bajar—. Solo digo Axel. Te esperamos para desayunar cariño.

Me tomó unos minutos poder quedar listo y bajar al comedor a tomarme al menos un jugo en lo que trataba de comer la hamburguesa de un solo bocado.

Papá me lanzó una mirada burlona.

Señaló mi cabello el cual por la manera apurada en la que me levanté no me dio ni tiempo de peinarlo.

Papá soltó una risita.

—¿Le parece graciosa mi situación señor? —la sonrisa burlona que tenía en el rostro cambió.

Reí y él bufó.

—Después siguen con sus burlas señores —mencionó mamá—. Axel ya vas llegando tarde es mejor que ya vayan saliendo hacia la preparatoria —mamá miró su reloj—. Si tienen suerte hasta tu cariño llegarás temprano a la oficina. Te necesito allí para poder revisar el expediente de un caso que se me está dificultando.

Papá asintió.

—Axel anda por tus cosas te espero en el auto —asentí.

Sali del comedor para pasar a recoger mi mochila y el celular para luego caminar hacia la salida.

Le di un beso a mamá en la mejilla y fui hacia el coche.

Los viajes con mi padre eran divertidos desde que tengo memoria. Cuando era niño a veces colocaba las canciones de cuna para que pudiera dormir rápidamente, recuerdo a mamá riendo porque papá hacia muecas graciosas con tal de verme sonreír y recuerdo como mamá regañaba a papá porque en esos momentos quitaba la vista del frente. Los momentos que viví de niño son tan valiosos que, sin importar los años que pasen, la confianza que tengo con mis padres sigue ahí siendo única.

Papá colocó algunas canciones antiguas esas que al principio te suelen sonar algo aburridas, pero conforme avanza el ritmo te atrapa totalmente.

Y entre esas canciones estaba la de Careless Whisper de George Michael. Suele ser una de mis favoritas para cada viaje en coche y en especial si es con mi padre.