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Ansioso. Esa era la palabra perfecta que describe a Mark en esos diez minutos que faltaban para el receso, solo diez para que al fin se confiese a Donghyuck. Y eso lo notaba hasta el profesor, que escuchaba sus dedos tocar su pupitre con intensidad, que estaba empezando a molestar a Johnny.

—Podrías calmarte, por favor, haces que me ponga ansioso yo para que dejes de moverte— Le reclama, con toda la paciencia del mundo, Johnny. Bueno, si con paciencia se refiero a que lo amenazó con la mirada. Haciendo que al instante Mark se calmara y comienza a morderse las uñas que apenas se veían.

Y aunque quisiera salir corriendo del salón una vez que tocara la campana, estaba seguro que no quería ni ver a los ojos a Haechan.

El timbre sonó antes de que Mark se diera cuenta, Johnny tuvo que gritarle para que se levantara de su lugar y fuera, de nuevo, al salón de Donghyuck. En el camino iba pensando en las posibles respuestas, desde que lo rechazara hasta que no quería ser más su amigo. Y ahí le cayó en cuenta.

"no eres el único que tiene cosas que decir"

Donghyuck le había dicho eso antes de que la profesora lo sacara casi a patadas del aula. Y se empezó a cuestionar qué era lo que tenía el moreno para decirle.

¿Y si en verdad todavía seguía teniendo sentimientos por Sungchan? ¿O tal vez era su imaginación que Hae le quería decir algo?

Mark de nuevo entró en un mini lapso de pánico. Pero ya no podía darse la vuelta e irse, estaba a menos de dos metros de Donghyuck, este ya lo había visto y se estaba dirigiendo seguro y directo hacia Mark, que todavía se estaba comiendo sus uñas por puro nerviosismo.

—Hola— El morocho lo pudo escuchar a pesar del alboroto que había en los pasillos.

—Hola— Al pobre Mark se le quebró la voz cuando le devolvió el saludo.

—Ven, acompáñame— Haechan sin esperar una respuesta del contrario, agarró su mano y lo arrastró con él. Ni que el mayor se opusiera, estaba tan embobado con la calidez de la mano de Donghyuck que ni pregunto a donde lo guiaba.

Ya ni sabia en que parte de la universidad se encontraban. Era una especie de patio, no había demasiadas plantas, en verdad las que estaban se ubicaban en macetas. El piso era de cerámica y las paredes eran blancas, en algunas partes manchadas por pisadas o con tierra. El lugar apenas era grande, claramente daba al exterior pero había cuatro paredes altas, lo que hizo suponer a Mark que todavía siguen en la universidad pero seguro era otro edificio que seguro nunca fue, hasta ahora.

Mientras Mark analizaba el lugar, Haechan estaba tratando de encontrar las palabras correctas de cómo contarle a su amigo lo que estaba planeando hacer.

—¿Y cómo te fue en el examen?— Eso fue desprevenido para Donghyuck. Mark le preguntó algo y apenas lo entendió.

—Eh...

—¿En la anterior hora no tuviste un examen? Apuesto que te fue bien— El mayor trató de que el aire no se volviera tan pesado, había notado que Haechan estaba nervioso. Lo pudo deducir por la manera que pisaba su pie repentinas veces pero sin hacer mucho ruido, también por estar jugando con la parte su cabello en su nuca. Mark estaba igual de intranquilo, hace mucho que no hablaba con Donghyuck, y ahora le estaba hablando como si no hubieran tenido una pelea hace semanas.

—Si, bueno realmente no se si me fue bien— Contestó desanimado. El intento de romper el hielo, fue todo lo contrario a lo que debía pasar. En vez de alivianar el aire, lo volvió más espeso que antes. Además del silencio incómodo que se formó.

Mark estaba reuniendo el valor necesario para confesarse, quería de una vez poder abrir su corazón a Haechan y expresarse con libertad.

Tomó aire y se dignó a mirar a Haechan que tenía su vista en el piso. Se acercó a él, haciendo que este lo notara y levantara la vista, haciendo que sus miradas se unieran. Parecía que se estaban comunicando mediante a pensamientos, diciendo palabras que no salían de sus bocas. Los dos, inconscientemente, se fueron acercando, hasta que quedara un espacio mínimo que hiciera que buscarán las manos del otro.

Con sus manos entrelazadas, Haechan baja de nuevo su vista, aunque esta vez para que su enfoque fueran sus manos. Extrañaba a Mark y le dolió la vez que él quiso que se alejaran.

Sus respiraciones apenas se mezclaban. El más bajo podía sentir el roce de las respiraciones de Mark contra su cabello. Le agradaba el ambiente, le gustaba estar con Mark, solos. También se tranquilizaba de que el aire, que estaba comprimido, se fuera disminuyendo.

Por el otro lado, Mark le estaba rezando a cualquier santo que lo escuchara, para que Donghyuck no se percatara del latido de su corazón contra su pecho. Aunque quería huir y poder respirar un poco más relajado, sabía que eso significaba que iba a perder la calidez que le estaba brindando Donghyuck en ese momento.

—Me gustas— Fue un susurro por parte de Mark, aunque fue entendible para el moreno. Pese a que no estaba teniendo una respuesta. Mark se percató del suave movimiento del dedo gordo de Donghyuck que estaba acariciando su mano. Ese pequeño movimiento de algún modo lo calmó.

—También me gustas...

new besti [markhyuck]Where stories live. Discover now